“¿40 semanas? El nacimiento tiene el tiempo justo, no el programado”

Ese es el lema elegido para la Semana Mundial del Parto Respetado. Expertas reflexionaron sobre la importancia de respetar los tiempos de la naturaleza por sobre las reglas estandarizadas de la medicina.

“¿40 semanas? El nacimiento tiene el tiempo justo, no el programado” es el lema elegido para conmemorar la Semana Mundial del Parto Respetado (SMPR), que tendrá lugar del 14 al 20 de mayo de 2017 y su intención será concientizar sobre la importancia del respeto a los tiempos de la naturaleza por sobre las reglas estandarizadas de la medicina.

La SMPR se celebra todos los años desde 2004. Cada período, un lema diferente busca visibilizar diferentes problemáticas relacionadas con la necesidad de que el nacimiento vuelva a ser considerado un proceso natural en el que la madre y el bebé son los verdaderos protagonistas. La SMPR promueve el empoderamiento de la mujer a través de la información, para que sea ella quien decida sobre su propio cuerpo y sobre su hijo. Para que todas tengan las herramientas que las ayuden a transitar esta etapa tan especial y significativa conociendo sus derechos. Para que cada caso sea evaluado en forma particular y no se siga perpetuando el paradigma profesional y social que pone a las embarazadas en un lugar subalterno, que las despoja de su derecho a decidir y y las obliga a sufrir intervenciones innecesarias.

En Argentina, diferentes asociaciones que luchan por el Parto Respetado y contra la violencia obstétrica realizarán una serie de intervenciones para visibilizar y desnaturalizar estas prácticas fuertemente arraigadas en la sociedad y acompañar a las mujeres en la toma de decisiones seguras e informadas.

El País Digital dialogó con expertas en la materia, quienes compartieron sus reflexiones de cara a la SMPR.


Mirta Merino es partera graduada en la Universidad Nacional de La Plata. Presidenta de la asociación “Dando a luz”, dedicada a la promoción y difusión de los derechos de las mujeres en el embarazo parto y nacimiento.

“Respecto del lema de la SMPR puedo decir que el parto respetado es aquel que es atendido por profesionales idóneos que consideran a la mujer embarazada como una persona capaz de decidir sobre su cuerpo, respetuosos de la fisiología del nacimiento y capaces de preservar la salud de la mujer y del niño o la niña sin realizar intervenciones innecesarias.

Es importante recordar que los tiempos del parto y del nacimiento son singulares y diversos. Un embarazo de término está comprendido entre las 37 y las 42 semanas de gestación. Cuando hablamos de una fecha probable de parto nos situamos en la semana 40 amenorrea —aunque solo un 5 o 6 % ocurren en esa fecha—. El resto, es decir la mayoría de ellos, ocurre en un rango de 3 semanas alrededor de esa fecha probable de parto.

Cuando se programan inducciones antes o durante la semana 40, sin ninguna razón que lo justifique, estamos violentando el nacimiento, nada menos. Las causas generalmente no tienen vinculación con situaciones obstétricas que ameriten la finalización del embarazo. Sin embargo, se siguen induciendo los partos y sigue aumentando el número de cesáreas, con los riesgos que ambas situaciones implican.

Ninguna mujer, hoy por hoy, debe aceptar la sentencia de que después de las 40 semanas va a estar todo mal o va a estar en riesgo su bebé. Hay muchas maneras de determinar que ese embarazo todavía es capaz de abrigar a ese niño o esa niña que va a nacer y que las complicaciones no están delante de la mujer que quiere esperar al momento en que armonicen las hormonas propias y las de su bebé para poder desencadenar un trabajo de parto, iniciarlo espontáneamente y transitarlo como desee y haya soñado para tener a su hijo. Que ese parto que desearon, que será seguramente el parto posible para ellas, no sea manejado arbitrariamente sin una causa que lo justifique. El parto no es un acto médico, es un evento de la fisiología de las mujeres.

Las inducciones que se hacen cotidianamente responden a intereses relacionados con el profesional: vacaciones, actividades recreativas, etcétera. Es ahí que nos damos cuenta de que poco importa el momento del nacimiento —la persona que nace, la persona que pare— y que eso es violencia obstétrica”.


Claudia Alonso es médica obstetra. Miembro de la asociación “Dando a Luz”.

“Un bebé de término es un bebé de entre las 37 y las 42 semanas. A partir de la semana 41, aumenta el riesgo de muerte perinatal por un proceso de degeneración de la placenta que es fisiológico, es natural. Solamente entre un 4 y un 10 por ciento de las mujeres pasan de la semana 41. A eso habría que descontarle, además, los errores de cálculo de la fecha de gestación.

Hay métodos para ir controlando el bienestar fetal en ese período. Siempre es conveniente evaluar el líquido amniótico y evaluar, por monitoreo fetal, la frecuencia cardíaca del bebé. Esos controles se hacen dos veces a la semana y en semana 42 se decide finalizar el embarazo porque aumenta considerablemente las posibilidades de sufrimiento fetal intraparto, que el bebé sea demasiado grande, o un parto forsipal.

Es recomendable, siempre con el consentimiento de la mujer, comenzar a hacer alguna maniobra para estimular el parto en la semana 41. Por ejemplo: la maniobra de Hamilton, que es despegar membranas, y después intentar la inducción con prostaglandina. Siempre es mejor intentar la inducción al parto antes que ir a una cesárea programada, por los riesgos que tiene la cesárea en sí misma y también por el bebé: un bebé que nace de cesárea programada duplica sus posibilidades de entrar a la neo por distress respiratorio.

La mayoría de los hospitales públicos interna a las mujeres para hacerle controles más estrictos y comenzar la inducción con prostaglandina en la semana 41. Esto no pasa en los privados, donde por ahí ya en semana 40 se programan los partos según la conveniencia del obstetra o se convence a la mujer de que es mejor tener todo programado y establecen una cesárea”.


María José Bernasconi es la coordinadora nacional de la Relacahupan, red latinoamericana y del Caribe por la humanización del parto y el nacimiento.

“En el lema de este año tenemos una pregunta y tenemos una afirmación. Como Relacahupan nos hace pensar en varios sentidos. Uno tiene que ver con lo que siempre decimos desde la red: para nosotros es importantísimo el respeto por los tiempos fisiológicos y biológicos de cada mujer y de cada bebé o beba por nacer. Esto tiene que ver, justamente, con respetar esta díada, que es única, y los tiempos para cada díada en particular, que también son únicos.

También nos hace pensar en los Protocolos de Salud para la atención de los partos. Habría que empezar a problematizar estos protocolos ya que en clínicas, sanatorios privados y hospitales públicos y privados piensan que un nacimiento no puede ser esperado más de 40 o 42,3 semanas. La evidencia científica que sustenta esta idea no puede asegurar que es peligroso esperar los tiempos particulares de la díada.

Esta semana, además, nos obliga a reflexionar sobre las intervenciones innecesarias en situación de parto que habitualmente se hacen en las instituciones, sin tener argumentos acabadamente válidos. Siempre sobre el cuerpo de la mujer, pero que, obviamente, repercuten en el bebé.

Tenemos que empezar a pensar de dónde sacamos la evidencia científica para llevar a cabo intervenciones, muchas veces innecesarias, como por ejemplo: inducciones programadas, inducciones con oxitocina sintética o directamente proponer una cesárea innecesaria en semanas muy tempranas del embarazo.

Estos son los lineamientos de trabajo que tenemos desde 2003, pero que esta semana nos hacen pensar con fuerza para trabajar durante todo este año”. 


Ana Clara Sosa es integrante de Asociación “Vos Podés” y coautora de Relatos Paridos.

“Para quienes formamos parte de ‘Vos Podes’, un parto respetado es aquel en el que se respetan los procesos fisiológicos que deben desencadenarse durante un trabajo de parto y un parto saludables. Una de las intervenciones de rutina más naturalizada es la inducción y esta es aplicada para acelerar los partos, muchas veces con la excusa de que están cumplidas las 40 semanas de gestación. El lema de este año nos propone reflexionar sobre una cuestión fundamental, que es el respeto por los tiempos de la naturaleza y no de los estándares médicos. La fecha probable de parto es probable, no determinante. Este año desde la Asociación nuestra actividad se centrará en el debate con madres, embarazadas y especialistas, con el objetivo puesto en acercarnos más a nuestra naturaleza mamífera y menos a las reglas estandarizadas de una medicina que maneja otros tiempos”.


foto gentileza Lorena Ribot

Diarios Argentinos