El primer año de Cambiemos, con más sombras que luces

Con la excusa de la herencia recibida, el Gobierno de Mauricio Macri tomó medidas económicas que no dieron los resultados previstos. Todas las cifras, datos, avances y retrocesos del ciclo político que prometió torcer el rumbo del país y hoy está jaqueado por los sin sabores de la gestión.



Mauricio Macri llega a su primer año de gobierno con un panorama económico muy delicado, un contexto social complejo y un escenario político menos amigable que el que lo recibió cuando arribó a la presidencia. Cambiemos instrumentó, a lo largo de 2016, un núcleo de reformas económicas e institucionales que no dieron los resultados previstos. Entre la herencia y los errores propios, todas las cifras, datos, avances y retrocesos de un experimento político que prometió torcer el rumbo de la historia argentina y hoy está jaqueado por los sin sabores de la gestión.



La actividad económica retrocedió durante septiembre el 3,7% en relación a igual mes del año pasado y acumuló una baja del 2,4% en lo que va del año (último dato disponible del INDEC). El decrecimiento persistente de la economía, que ya registra siete meses consecutivos desde marzo, indica que la Argentina de Macri ingresó en una etapa recesiva.


Según el informe mensual de la consultora de Orlando Ferreres, la actividad económica se contrajo 4,7% en octubre con relación a igual mes de 2015 y acumuló en el año una caída del 2,8%.

El retroceso del PBI se explica en gran parte por la contracción de la producción industrial y el menor consumo. Según la Unión Industrial Argentina (UIA), el sector manufacturero acumuló una caída del 5,1% en los primeros nueve meses de gobierno.

En cuanto al derrumbe del consumo, uno de los principales motores de la actividad económica, la CAME informa que en octubre las ventas minoristas cayeron un 8,2% frente al mismo mes del año pasado y acumularon una baja del 7% anual. En supermercados y shoppings, las ventas de enero a septiembre crecieron un 27,1% y un 24,5% respectivamente, por debajo de la inflación acumulada, lo que da cuenta de una caída real.



A pesar de las declaraciones de los funcionarios oficiales, la inflación no termina de ser un problema solucionado. En octubre, el incremento de precios fue del 2,9%, según el IPC de la Ciudad de Buenos Aires. La inflación en los primeros 10 meses de 2016 fue del 36,6%, y la interanual acumulada en los últimos 12 meses, un 44,7%.La meta de inflación fijada por el gobierno para el año que viene es del 17%. La del 2016, pronosticada por Alfonso Prat-Gay, había sido del 25%. Fue rápidamente superada.




En octubre, el déficit primario ascendió a $62.958,7 millones, lo cual representa un incremento del 183% respecto de octubre de 2015.Desde enero último, suma 286.023 millones de pesos, según datos oficiales. Es muy probable termine sin que el gobierno alcance su meta oficial del déficit, de $ 378.000 millones, equivalentes al 4,8% del PBI. El gasto público aumentó 51% en octubre.



El frente externo también presenta dificultades. Después de seis meses con saldo positivo, en octubre la balanza comercial registró un saldo negativo de U$S 114 millones. De todos modos, el acumulado del año sigue arrojando un resultado favorable de U$S 1.952 millones.



El alto endeudamiento externo es uno de los pilares del programa económico de Cambiemos, usado durante 2016 para cubrir el déficit del sector público. En los primeros diez meses del año, el Gobierno colocó deuda externa por U$S 39.955 millones, según CIFRA, el instituto de estadísticas de la CTA. Se estima que terminará el 2016 con emisiones en torno a los U$S50.000 millones (sin contar los préstamos que recibieron las provincias y el sector privado). De este modo, el total de la deuda pública (interna más externa)pasó a representar un 55% del PBI. Antes de la devaluación de diciembre de 2015, la deuda era equivalente al 43,7% del PBI. 



Fue el gran error político del año. Los problemas en la instrumentación de la medida hicieron que una decisión que tenía consenso (la quita de subsidios de tarifas en los servicios públicos) se transformara en un dolor de cabeza para el Gobierno. Tras varias correcciones y un fallos adverso de la Corte Suprema, el ministro de Energía Juan José Aranguren terminó aplicando aumentos promedio de 200% en las boletas de gas, 375% en las de agua y 500% en las de electricidad. Pero mientras las tarifas subieron, los subsidios al sector energético no se redujeron. Cuando termine este año, el Estado le habrá otorgado a las empresas energéticas $220.000 millones, mientras que en 2015 esas diferencias fueron de 157.145 millones. Las compañías energéticas capturaron la ganancia de la nueva política tarifaria.




El plan de “Sinceramiento Fiscal” fue una medida clave de Cambiemos para captar fondos no registrados y, hasta aquí, dio los resultados esperados. Finalizada la primera etapa del blanqueo, se acreditaron US$ 21.863 millones entre bienes, cuentas bancarias y efectivo declarado en el país y en el extranjero. Solo en efectivo, se declararon US$ 7.185 millones.  
El 10% de ese monto engrosará las cuentas del Tesoro. De todas maneras, el año cierra con críticas por la controversia que generó el decreto presidencial que habilita a los familiares de los funcionarios a ingresar al blanqueo.



Como hacía mucho tiempo no ocurría, los precios subieron por el ascensor y los salarios, por la escalera. Cuando concluya 2016, los trabajadores formales habrán perdido entre 8 y 12 puntos porcentuales de su poder adquisitivo. Ningún trabajador cubierto por convenio de paritarias logró aumentos superiores al 40%, cifra que la inflación anual superará. Los gremios que más incrementos obtuvieron fueron aceiteros (38%) y camioneros (37%).


¿El sector que cerró la paritaria más baja? La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTBA): un magro 27% en tres cuotas y por 13 meses.
El Salario Mínimo, Vital y Móvil se incrementó un 33%, ubicándose en la actualidad en $7.560 y en $8.060 a partir de enero.




De acuerdo a los datos del INDEC, el desempleo en la Argentina se ubicó en el tercer trimestre del año en 8,5%, ocho décimas menos que en el trimestre anterior, pero muy por encima del último registro del kirchnerismo (5,9% en el tercer trimestre de 2015). De este modo, la última información oficial indica que hay 1.069.000 desocupados en el país, con el  Gran Buenos Aires (10,6%), Gran Córdoba (9,8%), Mar del Plata (12,1%) y el Gran Rosario (9,3%) como los principales niveles de desempleo.

Según el último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la caída del empleo se ha traducido hasta el momento en la destrucción de 124.778 puestos de trabajo registrados privados. Los jóvenes son quienes más sufren la falta de trabajo: en este segmento de la población, el desempleo llega al 24,6%, el registro más alto desde 2007.

¿Y el empleo público? Pese a los despidos masivos que hubo en los primeros meses de la gestión de Mauricio Macri, la planta de empleados en los niveles nacional, provincial y municipal se incrementó 1%, a 3.458.448 personas, y ya alcanzó el nivel que dejó el kirchnerismo en diciembre de 2015.



“Pobreza cero” fue una de las banderas de Cambiemos durante la campaña presidencial. A un año de haber asumido el gobierno, lejos de haberse resuelto, la problemática se profundizó. El último registro oficial del INDEC señala que para el segundo trimestre de 2016, 8.772.000 se encontraban debajo de la línea de pobreza (32,2%), de las cuales 1.705.000 (6,3%) eran indigentes. Utilizando la nueva metodología del órgano estadístico, se estima que la pobreza en el segundo trimestre de 2015 era de 27,3%, casi 5 puntos porcentuales menos que el actual registro. En términos absolutos, en ese lapso de tiempo hubo 2.157.000 nuevas personas pasaron a ser pobres en la Argentina.



Sin mayoría parlamentaria, Cambiemos se vio obligado a negociar con los bloques opositores para aprobar sus leyes. Los primeros meses fueron, en promedio, los más favorables para el gobierno en materia legislativa. En el último tiempo, el oficialismo acumuló algunos tropiezos.




El líder de Cambiemos impulsó una nueva inserción de la Argentina en el mundo, más próxima a las potencias tradicionales y amparada en una mayor apertura económica y comercial. Así, el país se aproximó a la Alianza Pacífico y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y recibió la visita del presidente de los Estados Unidos tras más de una década. Sin embargo, las victorias del Brexit y de Donald Trump son indicadores de un mundo cada vez más proteccionista, que obligan a Macri a repensar su estrategia geopolítica de cara a los próximos años.



La Argentina de Macri fue un eje de atención de los foros internacionales, pero por razones opuestas a las que hubiese deseado el presidente. Ocurre que la detención y el encarcelamiento irregular de la dirigente Milagros Sala en Jujuy motivaron el reclamo de las Naciones Unidas, de la O.E.A y de Amnistía, entre otros actores de escala global. En su reciente visita al país, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau le expresó al líder de Cambiemos la preocupación de la comunidad internacional por la situación judicial de la referente de la Tupac Amaru. Mientras Macri denuncia violaciones de derechos humanos en Venezuela, Milagros Sala se convirtió en un emblema del avasallamiento institucional en la Argentina. 



Hacia el 2017 Mauricio Macri cierra su primer año de gobierno habiendo consumido parte de su capital polítco, aunque conserva altos índices de aprobación. La suerte del proyecto de Cambiemos se jugará en las elecciones de medio término, y en especial en la competencia en la provincia de Buenos Aires. 
Para encarar ese desafío con perspectivas de éxito, es imprescindible que la economía empiece a dar signos de reactivación. Algo que por el momento, mientras se aproximan las Fiestas y se va bajando el telón del segundo semestre no termina de ocurrir.