Elecciones 2017: ¿qué se pone en juego en la provincia de Buenos Aires?

El territorio bonaerense será la madre de todas las batallas para el Gobierno nacional en las próximas elecciones PASO de agosto y las generales de octubre. La primera prueba de fuego electoral para Mauricio Macri y sus aliados de Cambiemos supone un serio desafío en la provincia.



En el informe anterior El País Digital presentó un análisis pormenorizado de las elecciones legislativas de este año a nivel nacional. Debido a la gran relevancia que tendrá –como en todas las elecciones– la provincia de Buenos Aires, este medio les ofrece las características electorales más sobresalientes de esta.
Sin dudas, el territorio bonaerense será la madre de todas las batallas para el Gobierno nacional en las próximas elecciones PASO de agosto y las generales de octubre. La primera prueba de fuego electoral para Mauricio Macri y sus aliados de Cambiemos supone un serio desafío en la provincia: el presidente –tanto en su imagen personal como en la de gestión- muestra una pobre performance en las encuestas, especialmente en las secciones que componen el conurbano de la provincia más poblada del país.
Frente a este dilema, desde Casa Rosada se tendrá que definir la estrategia más conveniente para afrontar los distintos tramos de la campaña. Por el momento son fuertes los rumores de que el oficialismo buscará una “provincialización” de la elección que ayude a quitar peso específico a las muy duras repercusiones nacionales de una hipotética derrota en la provincia de Buenos Aires.
En combinación, se especula que la carga de la campaña recaerá en la figura de su gobernadora, María Eugenia Vidal, que a pesar del desplome en la imagen de Macri y de las crisis por las inundaciones mantiene buenos niveles de aprobación entre los bonaerenenses.




A través de un decreto publicado el 28 de marzo pasado, Vidal oficializó la fecha del llamado a elecciones. Al igual que en Nación, las PASO se realizarán el domingo 13 de agosto y las generales el domingo 22 de octubre, con esta definición de calendario se empieza a aclarar el panorama electoral de la “madre de todas las batallas”.
Para dimensionar el peso electoral que tiene la provincia de Buenos Aires hay que destacar que posee 12,4 millones de electores, aproximadamente un 37% del total nacional, y los 135 municipios que la componen están agrupados en ocho secciones electorales bastante heterogéneas:



Se destacan por sobre el resto la Primera y la Tercera sección electoral y entre ambas condensan –entre otros– a los 24 partidos del conurbano bonaerense. Solo estas dos secciones suman 8,7 millones de electores y explican el 70% del total de la provincia, es este territorio crucial donde por el momento el oficialismo no logra hacer pie.
Buenos Aires posee un sistema bicameral compuesto por una Cámara de Diputados de 92 miembros y otra de Senadores de 46 miembros. Tanto los diputados como los senadores se eligen por sección electoral y para ambas cámaras se utiliza la misma base de representación y la misma forma de elección de sus miembros. Esta división en secciones es la que se utiliza al momento de las elecciones y cada una funciona como un distrito plurinominal.
Este año, las cámaras renovarán la mitad de sus bancas, por lo tanto se elegirán 46 diputados y 23 senadores. A los legisladores provinciales se les sumarán a nivel municipal 1097 concejales y 401 consejeros escolares.
De las ocho secciones de la provincia se renovarán legisladores de cuatro secciones por cada cámara y de manera alternada, por lo que en cada sección se elegirá o diputados o senadores. Diputados se renuevan en la segunda, la tercera, la sexta y la sección capital; mientras que senadores se renuevan en la primera, la cuarta, la quinta y la séptima sección.




Dada la disparidad poblacional que tiene cada una de las secciones, y en función de la cantidad de legisladores que se eligen en cada una, existe en las cámaras legislativas una sobrerrepresentación de las localidades menos pobladas. La magnitud de cada sección, o sea la cantidad de bancas que se elige por cada una de ellas, es también uno de los principales obstáculos del sistema electoral provincial a la hora de hacer cumplir con la regla sagrada de la democracia que reza que cada voto individual vale lo mismo.
Esta regla general lamentablemente es de difícil cumplimiento en la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo: para acceder a una sola banca de diputado provincial por la tercera sección en el año 2013 el Frente de Izquierda y de los Trabajadores necesitó 175 mil votos. Mientras que por la séptima sección electoral el Frente Progresista Cívico y Social metió dos diputados a una proporción de 39 mil votos por cada banca.
Tal como se explicó en el anterior informe, el otro instrumento importante que interviene en la traducción de votos a bancas legislativas es la fórmula electoral. En el caso de Buenos Aires se respeta el principio de representación proporcional y se utiliza la denominada formula de cociente electoral mayor.
Cabe destacar que al igual que a nivel nacional, al momento de asignar las bancas en territorio bonaerense no se toman en cuenta los votos en blanco o los anulados, es decir que solamente valen los votos afirmativos.
Ahora bien, a diferencia de la conocida formula D'Hondt, que se utiliza a nivel nacional la de cociente mayor funciona de la siguiente manera:


Tanto el Frente para la Victoria, el Justicialismo como el Frente Renovador son los partidos que más arriesgan en estas elecciones legislativas en la provincia. El espacio liderado por Sergio Massa pone en juego los legisladores obtenidos en la muy buena elección del año 2013 al igual que el por entonces FpV unificado.



Para estas elecciones legislativas provinciales Cambiemos cuenta con la importante ventaja de renovar muy pocas bancas en este turno: solo el 31% de sus 29 diputados y el 19% de sus senadores. Sin embargo, por el momento la preocupación del gobierno pasa por el carácter “nacionalizable” del resultado obtenido en la provincia más allá de la cantidad de bancas obtenidas.


El caso del peronismo; representado en los bloques FpV, FpV – PJ y Peronismo para la Victoria; renovarán en la cámara baja el 53% de su fuerza política (19 de 36) y se le vence el mandato a dirigentes de peso en la provincia tales como el exintendente de Berazategui Juan José Mussi, Fernando “Chino” Navarro y la lanusense Karina Nazabal. En el Senado provincial el FpV renueva dos de sus ocho bancas, pero el Bloque Peronista que responde a Julián Domínguez y a Florencio Randazzo pone en juego el total de sus seis bancas.
Por otro lado, en el Frente Renovador sucede algo similar: se les vence el mandato al 58% de sus 19 diputados entre los cuales se encuentran el ex presidente de la cámara Jorge Sarghini y a su actual presidente de bloque Juan José Amondarain. En la cámara alta es aún más difícil la situación de los renovadores: se les vence el mandato a siete de sus nueve senadores y salvo que busquen renovar perderán a dirigentes de la talla de Jorge D´Onofrio, Sebastián Galmarini y el ex intendente de General Alvarado, Patricio Hogan.




Pensando en el caso de que las distintas vertientes del Frente para la Victoria y el Partido Justicialista no lleguen a consensuar una lista de unidad para afrontar las elecciones se viene rumoreando desde el bloque del Movimiento Evita (Peronismo para la Victoria) la posibilidad de implementar en las PASO el sistema D´Hondt.
¿Cómo funciona?: la lista partidaria habilitada para competir en las elecciones generales se compondría de manera proporcional. Es decir, a través de la utilización de la formula D´Hondt se asignarían candidatos de la lista perdedora a la lista ganadora.