Fondo del Conurbano: un reclamo que reaviva la tensión Buenos Aires - Interior

La demanda por la actualización del fondo, que equivale a $50 mil millones por año, obligaría al resto de las provincias a realizar profundos ajustes fiscales. El papel de la Corte y del presidente Macri en una trama que expone las falencias del federalismo.




Las tensiones generadas en torno al federalismo son constitutivas de la historia argentina. En pleno siglo XXI, el antagonismo entre Buenos Aires y las provincias del interior vuelve a estar presente. La reedición de la puja entre unitarios y federales la encarnan María Eugenia Vidal y la “liga de gobernadores”. Como en el siglo XIX, el conflicto tiene causas principalmente económicas: si antes la discusión era, entre otras cosas, por los derechos aduaneros, ahora es por los recursos coparticipables. En particular, la posible actualización del Fondo del Conurbano bonaerense mantiene en vilo al resto de las provincias, en un delicado juego de poder que, además de los mandatarios, involucra al presidente Mauricio Macri y a la Corte Suprema de Justicia.
Apenas asumió, Vidal inició una demanda contra el Estado nacional para remover contra la ley que fijó un tope al Fondo del Conurbano. La Corte Suprema aceptó discutir el planteo de constitucionalidad y su fallo saldría después de las elecciones de octubre. Si se hace lugar al reclamo, Buenos Aires pasaría a recibir $50 mil millones extra por año, y podría recuperar lo que no fue cobrado en los últimos años (alrededor de $250.000 millones).
Ahora bien, ¿qué es el Fondo del Conurbano? Creado en 1992, es programa orientado a compensar los puntos de coparticipación que Buenos Aires había en los años ´80. Los recursos provienen del 10% de la recaudación del impuesto a las ganancias. En 1996 se fijó un tope para la provincia de $650 millones. El excedente de ese fondo, por entonces menor, se empezó a distribuir a las demás provincias menos la Ciudad de Buenos Aires.


El asunto es que, veinte años después, la inflación y las devaluaciones distorsionaron lo recibido por unos y otros. En 2016, el Fondo superó los $42.000 millones. De ese total, Buenos Aires se quedó con menos del 2%; los otros 22 distritos se quedan con más del 98% de esa partida. Paradoja: el programa que debía morigerar las asimetrías en las transferencias federales terminó agravando la posición desventajosa de la Provincia. De esta inconsistencia surge el reclamo bonaerense.
La demanda encendió la alarma en la “liga de los gobernadores”. Ocurre que, si la Corte falla hace lugar a los argumentos de la administración de Vidal, los $50.000 millones anuales que irían para Buenos Aires los dejarían de percibir los distritos del interior.
El tema motivó reagrupamientos y muestras de unidad entre los mandatarios. A principios de septiembre, 21 gobernadores se reunieron en la Casa de San Juan en la Ciudad de Buenos Aires y emitieron un duro comunicado. Aunque legítima, la actualización del Fondo del Conurbano “perjudica gravemente al resto de las provincias y municipios”, expresaron.


La preocupación de los gobernadores se justifica en los números: el costo que implicaría para las administraciones provinciales llevaría a ajustes fiscales considerables. Un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) indica que los distritos perderían entre el 2% y el 9% de sus recursos anuales. Esto es lo que deberían resignar algunas provincias:

Para Buenos Aires hay también mucho en juego. La Provincia es la que más aporta a la recaudación del país (37,4%) y solo recibe de Nación el 18,1%. Los $50.000 millones que reclama alcanzarían con creces para resolver el déficit fiscal estructural que presenta la provincia, que en 2016 fue de $28.000 millones.
Vidal ve en el Fondo del Conurbano una de las claves de su administración de gobierno. El 2 de septiembre, el Día de la Industria, señaló que iba a “pelear por los recursos que le corresponden a los bonaerenses”. A su lado, en el escenario, estaba Mauricio Macri, en lo que fue un apoyo tácito a su demanda. Pero el reclamo, en rigor, ubica al Presidente en un lugar delicado: su adhesión a la causa bonaerense le asegura el encono de la mayoría de los gobernadores. Como sea, “la caja” es un elemento que lo favorece en la negociación Nación-Provincias.


Los gobernadores explican que de prosperar la demanda se reforzará el centralismo político y económico, y por lo tanto ya explorar un acuerdo fiscal en el Congreso que eleve la masa coparticipable a través del Impuesto al Cheque y el Fondo Sojero. Desde La Plata, señalan que el reclamo se orienta a reparar una injusticia histórica. Es probable que ambas partes tengan razón. Como sea, conviene prestarle atención al desenlace del pedido de actualización del Fondo del Conurbano, una trama que reaviva históricas disputas de nuestro federalismo y que involucra a los principales actores político-institucionales del país.