La tensa relación entre Argentina y Estados Unidos desde la asunción de Macri

El Gobierno presentará una demanda ante la OMC por el bloqueo a la importación de ese producto. El proteccionismo de Trump y la apuesta de Cambiemos por Hillary, claves de una relación compleja.

Mauricio Macri asumió la presidencia de la Nación con el objetivo de que Argentina se reinserte de forma plena en los mercados internacionales. En ese “volver al mundo”, Cambiemos ve en la consolidación del vínculo con Estados Unidos un aspecto central de la política exterior. Desde que Donald Trump ganó las elecciones, sin embargo, la relación bilateral estuvo marcada más por los desencuentros que por los beneficios mutuos. El último capítulo de esta historia se escribió hoy, con la decisión del Gobierno nacional de presentar una demanda contra Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio por el bloqueo a la importación de biodiesel.

Estimulado por la conexión que había mostrado con Barack Obama, Cambiemos apoyó sin complejos la candidatura de Hillary Clinton durante la competencia presidencial de los Estados Unidos en 2016. Encumbradas figuras del Gobierno nacional omitieron los manuales básicos de la diplomacia y apostaron abiertamente por el triunfo de la demócrata. “Los indicadores señalan que la visión de Hillary Clinton es más cercana" a la de Macri, consideró la entonces canciller Susana Malcorra. “Donald Trump tiene posturas que no me gustan nada”, apuntó el jefe de gabinete Marcos Peña. En septiembre de aquel año, a dos meses de los comicios, el mandatario argentino le hizo una broma con efectos políticos concretos a Bill Clinton: “Mi mujer Juliana Awada lo espera como primer caballero en el G20 en Buenos Aires”.

Macri y Trump se conocían de su etapa empresarial. Se habían visto de forma personal un par de veces, e inclusive jugaron juntos al golf en el marco de una negociación por un proyecto inmobiliario. El malogrado respaldo de Cambiemos a Hillary Clinton había generado recelos entre Buenos Aires y la nueva administración republicana de Washington. La Casa Rosada consiguió que Trump accediera a una llamada fría de Macri tras su triunfo electoral, en un intento por recomponer la relación.

En el fondo, el cortocircuito obedecía a las diferencias de los presidentes en materia de política comercial y relaciones internacionales. Mientras el mandatario argentino es un defensor del librecambio y de las principales instituciones del orden global, el norteamericano levanta la bandera del proteccionismo y postula un nuevo relacionamiento de Estados Unidos con el mundo, basado ante todo en el interés nacional (una consigna sintetizada durante la campaña electoral con el lema “América first”).

Así, apenas asumió el cargo en enero del 2017, Trump frenó por 60 días la importación de limones argentinos, con el fin de proteger la producción agrícola de su país. En abril, el líder de Cambiemos fue recibido por el republicano en la Casa Blanca. “Yo le voy a hablar de Corea del Norte, Macri me va a hablar de limones”, le indicó a la prensa, en lo que fue un recordatorio del lugar que ocupa uno y otro país en el tablero mundial. A los pocos días, Estados Unidos levantó las restricciones al producto argentino. En 2016, ingresaron 100.000 toneladas de limones a suelo norteamericano, por US$ 162 millones. Perder ese mercado de exportación hubiese tenido consecuencias graves para el noroeste argentino.

Pero la tensión resurgiría pronto. En octubre del año pasado, la administración de Donald Trump fijó aranceles antidumping para el biodiesel argentino. A pesar de las quejas del Gobierno nacional, Washington confirmó la medida proteccionista a principios de enero, con aranceles de hasta 72%. La cifra deja en la práctica fuera del mercado al producto de elaboración nacional. “El Departamento de Comercio determinó que la Argentina está otorgando subsidios injustos a sus productores de biodiésel", aseguraron desde la Casa Blanca.

Para Argentina, la medida es desoladora: supone la pérdida de un negocio de U$S 1.200 millones al año. El 90% de las exportaciones de biodiesel argentino van hacia el mercado estadounidense. Mientras negocia con la Unión Europea para colocar allí su producción, el Gobierno afirmó hoy que denunciará a la administración de Trump ante la OMC. En cualquier caso, el conflicto le pone presión a la balanza comercial argentina y deja en evidencia las erráticas relaciones diplomáticas que existen con la primera potencia mundial.

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