Lo que viene, lo que viene en Sudamérica

Por: Mariano Fraschini

Durante el año 2018 habrá elecciones presidenciales en cuatro países de Sudamérica. Casi la mitad de la región elegirá nuevas autoridades y bancas parlamentarias. El puntapié inicial lo dará Paraguay en abril, continuará en mayo en Colombia, en octubre será el momento de Brasil y el año cerrará en Venezuela. Salvo en este último, en los otros tres países el presidente entrante será distinto al saliente. Sólo en Venezuela existe la posibilidad de reelección del Ejecutivo. De esta manera quedará marcado el nuevo mapa político regional. A la fecha, el neoliberalismo ha triunfado (y desplazado a gobiernos del giro a la izquierda) en Argentina y Chile, en tanto Bolivia se ha mantenido incólume el liderazgo de Evo, en Uruguay se mantiene la hegemonía política del Frente Amplio, en Perú, y a pesar de los vaivenes de los últimos días, el neoliberalismo conserva su presencia desde hace décadas y Ecuador ha mantenido los colores de PAIS aunque hasta el momento se impone una indefinición en cuanto a la orientación ideológica de Lenin Moreno. Con ese panorama de fondo se vienen en la región cuatro elecciones decisivas para observar la potencialidad del neoliberalismo o la perdurabilidad del populismo sudamericano.

El 22 de abril se realizarán las elecciones en Paraguay. Junto a la presidencial también se votarán senadores, diputados y gobernadores. La pelea principal quedó concentrada en dos grandes coaliciones: la Asociación Nacional Republicana con eje en el histórico Partido Colorado (PC) y la coalición entre el Partido Liberal (PL) y el frente Guasú (FG) del expresidente Fernando Lugo denominada Gran Alianza Nacional Renovadora (GANAR). Los candidatos ya están definidos y será por el PC Mario Abdo Benítez, quien en la elección interna del Partido venció al delfín del actual presidente Horacio Cartes, el joven economista Santiago Peña. El candidato colorado es hijo del ex secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, y representa el ala más derechista del Partido. La alianza del PL y FG, que tendrá el propósito central de poner fin a la hegemonía colorada en el país, se enhebró empero de las desconfianzas. A pesar de ser el liberalismo quien con más ímpetu fogoneó la salida de Lugo de la presidencia en 2012, el objetivo mayor de desplazar al PC primó para los líderes de la alianza opositora. El liberal Efrain Alegre será el candidato a presidente, mientras el lugista Leonardo Rubín será el vice. El PC parte en la encuestas con ventaja, sin embargo la elección está abierta. Lo paradójico de esta compulsa es que ninguna de las dos coaliciones reivindica la herencia del actual presidente Cartes. Una suerte de “pesada herencia” se yergue sobre tierras guaraníes. Al tratarse de una elección de mayoría simple el candidato que más votos obtiene (no importa el porcentaje) será quien se lleve el premio mayor.

La siguiente elección presidencial tendrá como puerto a Colombia. Será el 25 de mayo, dos meses después de las elecciones parlamentarias que históricamente anteceden la ejecutiva en este país. Aquí las cosas están menos claras. Hasta hoy se despliega un juego frenético de alianzas y concertaciones. Al igual que en Paraguay parece no haber un candidato que lleve la bandera del actual presidente Juan Manuel Santos. El clivaje principal, al igual que en la elección presidencial pasada, son los acuerdos de paz con las FARC y en forma secundaria la situación económica y social. De hecho, la guerrilla se presentará por primera vez en una elección con la sigla de origen: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). El excomandante del grupo insurgente Rodrigo Londoño será el candidato de la fuerza. Sus chances son mínimas, pero no deja de ser una novedad su candidatura. Los sectores refractarios a los acuerdos de paz son el Centro Democrático (CD) de Álvaro Uribe y el Partido Conservador (PC) de Andrés Pastrana. Al no poder ser de la partida, ambos ex presidentes apoyan a Iván Duque Márquez y a María Lucía Ramírez respectivamente. A pesar de que resta la definición de cómo se resolverá el orden del binomio presidencial (si por interna o encuesta), la decisión de ambas fuerzas de ir hacia la unidad en la acción está garantizada. Por otro lado, la Coalición Colombia tiene en el ex gobernador de Antioquia Sergio Fajardo al eje principal de la misma. El centroizquierdista Polo Democrático y el Partido Verde apoyan su candidatura y el líder del Partido Liberal Humberto de la Calle bregó por sumarse a la entente. El rechazo de Fajardo, sin embargo, obligó al candidato liberal a armar rancho aparte junto al oficialista Partido de la U en la Coalición por la Paz. Sus chances parecen menores. Por último, el progresismo intentará redondear una buena elección en torno a Gustavo Petro y Clara López (quien obtuvo casi dos millones de votos en la última elección), a la quien podría sumarse ex alcalde Santa Marta Carlos Caicedo. Aquí también el panorama continua abierto, y existe una posibilidad concreta que el oficialista Partido de la U pierda su hegemonía luego de 16 años. Al tratarse de una elección con segunda vuelta, es factible que la misma se defina en el segundo turno electoral.

El plato fuerte electoral del año estará lógicamente en la elección brasileña. Allí la clave estará en saber si Lula Da Silva será candidato a presidente o el complejo mediático judicial se lo impedirá. El 24 de enero se conocerá el fallo en segunda instancia en Porto Alegre y con ello la suerte del expresidente brasileño. A la fecha, todas las encuestas ponen a Lula muy por encima de sus potenciales rivales, aunque está más que claro que aún restan más de diez meses para la elección y todo puede pasar. La de octubre de este año se trata de “La” elección en Sudamérica. Del resultado final se desprenderá hacia donde girará la región en la próxima década: si se fortalece el polo neoliberal, con una victoria del candidato de las reformas de Temer o si se produce el retorno  de las políticas inclusivas del PT. Y sin dudas, ese resultado afectará a la siguiente estación electoral.

El año de votaciones tendrá en Venezuela la última compulsa. A pesar de que no se descarta que se puedan adelantar, una vez más como viene sucediendo hace 20 años, el chavismo y el antichavismo dirimirán sus cuitas en elecciones. Luego de una mitad de 2017 a la defensiva, el chavismo pudo resurgir de las cenizas y completar un mitad de año pletórico en victorias: Asamblea Constituyente, 19 de 23 gobernaciones y casi el 90% de las alcaldías. Es cierto que la oposición no presentó batalla en la primera y en la última, pero la movilización de la base chavista sorprendió a propios y extraños, y augura lo que hace poco tiempo parecía una quimera: la reelección de Nicolás Maduro. La diáspora opositora luego de los fracasos electorales presagia un camino sin mucho ripio hacia una nueva victoria electoral de los rojo-rojito. Sin embargo, en Venezuela “nunca se sabe”. A un año de distancia los pronósticos favorecen al oficialismo, sin embargo en las tierras de Bolívar todo parece ser posible.

La elección de julio en México también tendrá su incidencia sobre Brasil y Venezuela, y de triunfar, como vaticinan las encuestas, el candidato centroizquierdista López Obrador, será un aliciente más para las fuerzas progresistas en Sudamérica.

Al mirar el tablero regional, en estas cuatro elecciones se ponen en juego la suerte de tres gobiernos en donde prima la orientación neoliberal y uno en donde se aplican políticas distribucionistas. Los Partidos del giro a la izquierda (para englobar en ellos a las agrupaciones antineoliberales) tienen chances (mayores y menores) de recuperar dos: Brasil y Paraguay. El neoliberalismo en Colombia ha echado raíces por lo que se descuenta que triunfará un lema de esa orientación, y en Venezuela la disputa está abierta, aunque el progresismo con la foto de hoy tiene posibilidades concretas de revalidar.  La moneda está en el aire, y como viene siendo una práctica saludable, será el pueblo quien defina el hacia dónde se dirige cada uno de los países.

*Mariano Fraschini es editor del sitio http://artepolitica.com/.

Diarios Argentinos