Macri-Arribas, una relación de máxima confianza

El presidente de la Nación y el titular de la AFI mantienen un vínculo de más de dos décadas que une amistad con negocios. La denuncia hecha contra el jefe de los espías golpea al corazón de Cambiemos.

La denuncia contra Gustavo Arribas preocupa y mucho a la Casa Rosada. Ocurre que el titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) es un hombre de máxima confianza del presidente Mauricio Macri. El jefe de los espías y el líder de Cambiemos forjaron una relación que lleva más de dos décadas y que combina amistad con negocios.

El fútbol fue el principal dinamizador de esta relación. Su vínculo comenzó durante la gestión de Macri como presidente de Boca Juniors, en 1995. Acercado por el actual secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas, Arribas se sumó al trabajo dirigencial del equipo de la ribera, y desde allí comenzó a incursionar en el negocio del fútbol. A los pocos años facilitó la llegada al club de Martín Palermo, operación que le valió el afecto de Macri.

En base al “Fondo Común de Inversión Boca Juniors”, y tras pasar a ser socio del representante de jugadores Fernando Hidalgo, Arribas se transformó en un exitoso empresario del negocio del fútbol. Hace 11 años, quedó envuelto en una polémica por el difuso rol que la firma HAZ Sport Agency (siglas que aluden a las iniciales de Hidalgo, Arribas y el israelí Pinhas Zahavi) tuvo en el pase de Carlos Tévez de Boca al cuadro brasileño Corinthians.

“El negro”, como apodan al contador de 58 años, prosiguió con su prodigiosa carrera como empresario del fútbol cuando Mauricio Macri incursionó en la política nacional. No ocupó ningún cargo público durante los ocho años de gobierno Pro en la Ciudad de Buenos Aires. Se radicó en Brasil, país del que procedería el giro de U$S600 mil dólares realizado por la constructora Odebrecht, según publicó Hugo Alconada Mon en el diario La Nación, y continuó con sus negocios en el mundo del deporte.

Pero la amistad entre ambos persistió. A punto tal de que, cuando Macri se mudó a la residencia oficial de Olivos, le alquiló su departamento de más de 300 metros cuadrados de Libertador y Cavia a Arribas, que volvió a la Argentina para quedar al frente de la AFI, a pesar de carecer de experiencia en materia de espionaje. No hizo falta la firma de un contrato de alquiler. La transacción se hizo de palabra, en virtud de la confianza que los une.

Por la relación de proximidad entre el presidente de la Nación y el “Señor Cinco”, como se denomina los círculos de inteligencia al titular de la ex SIDE, la sospecha de que Arribas habría recibido coimas de una constructora brasilera es un golpe directo al corazón de Cambiemos, que hizo de la bandera de la transparencia y la no corrupción un emblema de su campaña. Sostener en el cargo a un hombre de confianza presidencial, o pedirle la renuncia para no contaminar la imagen del Gobierno. Ése parece ser el nuevo dilema que enfrenta Mauricio Macri.

 

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