Theresa, Susana y Antonia
Por: Pedro Rosemblat
Theresa.
-Hola, ¿Theresa?
-Sí, ella habla.
-Ah, ¿cómo te va? Mauricio Macri soy.
-Mauricio…
-Macri, el Presidente de la República Argentina.
-Ah, sí. ¿Qué tal?
-Bien. ¿Hablás en castellano vos?
-Sólo si lo exige el relato.
-Ah, bueno, te agradezco. ¿Cómo estás?
-Bien, Sr. Macri, estoy trabajando mucho en este momento.
-Me imagino todo el trabajo que deben tener por allá.
-Estoy en la misma ciudad que Ud, Presidente.
-Ah, cierto. Acá, en New York.
-Nos vimos esta mañana, Presidente.
-¡Es verdad! Qué tonto, me había olvidado…
-...
-Sí, es cierto que hablamos, ¿no?
-Sí, hablamos.
-Cierto, eras vos.
-”Usted”.
-Usted, disculpe.
-¿Me llama por algo en particular?
-Nada en particular. Me gusta llamar a la gente, preguntarles cómo están, charlar un rato.
-Entiendo. Bueno, a mí me gusta trabajar, y en este momento estoy muy ocupada.
-Espere, Theresa.
-Sí.
-No, lo que yo quería decirle es que hoy cuando hablamos fue todo como muy de golpe, ¿no?
-¿De golpe?
-Sí, no sé, me dio esa sensación. Como que hablamos al pasar y no tuvimos tiempo de generar una conversación más seria, más profunda.
-Sí, bueno. Debe ser porque es la primera vez que me toca participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y lo hago en un contexto internacional en el cual el Reino Unido de Gran Bretaña formalizó hace muy poco tiempo su salida de la Unión Europea.
-Sí, tremendo. Todas las divisiones que hay en el mundo son tremendas.
-Sumado a los atentados terroristas que se suscitaron recientemente.
-¡Ni me lo digas! Una verdadera tragedia.
-En fin.
-Estaba pensando que quizás podríamos ser amigos.
-¿Perdón?
-Eso. Que podríamos ser amigos.
-¿Amigos?
-Sí, amigos. Usted y yo. Nada, buena onda.
-Buena onda…
-¿Qué le parece?
-Que somos dos jefes de Estado, Presidente. No somos amigos.Somos funcionarios, responsables diplomáticos.
-¿Y? Podemos ser amigos igual.
-No me interesa ser su amiga, señor.
-Bueno, voy al grano entonces, directamente. ¿Qué posibilidad hay de que nos sentemos a negociar la soberanía sobre las Malvinas?
-Ninguna.
-¿Por?
-Porque la posición del Reino Unido de Gran Bretaña no hacambiado en los últimos 200 años y no será la voluntad unilateral de la Argentina la que produzca una transformación de esas magnitudes.
-Pero yo te propongo que nos sentemos amigablemente.
-Ya le expliqué que no somos amigos.
-Pero podemos ser amigables.
-Presidente, me tendrá que disculpar pero esta no es la manera de tratar cuestiones de semejante calibre.
-Bueno, no nos sentemos si no quiere. Pero permítame al menos que yo salga a decir públicamente que usted aceptó.
-No.
-¿Por qué no?
-Porque eso no es correcto, porque no estoy aceptando y porque su mero anuncio afirmando que yo acepté negociar la soberanía sobre las Falklands implicaría un cambio histórico en las relaciones diplomáticas entre nuestras naciones.
-¡Pero no negociamos! Yo simplemente lo anuncio, ganamos losdos. Usted no negocia, sigue todo tal cual está y yo le doy una buena noticia al pueblo argentino.
-De ninguna manera voy a ser cómplice de una mentira tan elemental, señor Macri. Y ahora usted me disculpa, pero debo colgar. Buenas tardes.
Susana.
-No lo hagas, Mauricio.
-Lo voy a hacer Susana, creeme, va a estar todo bien.
-¿Pero Theresa te lo dijo?
-Todo bien, todo bien.
-Todo bien, no. ¿Te lo dijo o no te lo dijo?
-¿Qué cosa?
-¿Cómo qué cosa? Que se iba a sentar a negociar la soberanía.
-Todo bien, sí.
-¿Te lo dijo expresamente?
-Viste cómo son los ingleses, Susana. Muy explícitos que digamos no son.
-¿Qué te dijo exactamente?
-Que sí, que todo bien.
-¿Que se sienta a negociar?
-Todo bien.
-Mauricio, no lo digas públicamente hasta que no esté absolutamente claro. Es un tema muy sensible y el menor paso en falso podría alterar un vínculo bilateral importante para nosotros.
-Va a estar todo bien.
-Si lo hacés, voy a tener que salir yo a aclarar que te equivocaste.
-Está bien, yo doy las buenas noticias y vos das las malas.
-No funciona así, Mauricio.
-Funciona exactamente así.
Antonia.
-Papá, ¿vos sos o te hacés?
-Me hago, hija. Y me sale muy bien.
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