Vidal prepara un recorte de gastos "políticos" para después de las elecciones

El objetivo es congelar el presupuesto de la Legislatura y modificar la Ley de Ministerios para fusionar algunas carteras y eliminar direcciones y subsecretarías.

El equipo de Gobierno de María Eugenia Vidal prepara para después de las elecciones de octubre una batería de medidas de achicamiento de los gastos del Estado bonaerense que incluyen el congelamiento del presupuesto de la Legislatura, la fusión de ministerios y una racionalización recursos en varias dependencias.

En materia de fondos para la Legislatura, la discusión esta sujeta al tratamiento del proyecto de presupuesto para el año 2018 y la cintura política de Manuel Mosca, presidente de la Cámara de Diputados para generar consensos y nuevos equilibrios entre los distintos bloques para garantizar el funcionamiento del cuerpo con los mismo fondos de este año.

El objetivo es replicar el presupuesto de este año, lo que significaría por lo menos una baja idéntica al índice de inflación anual, aunque desde el bloque del Frente para la Victoria advierten que la quita podría ser mayor, porque para 2017 el aumento estuvo casi 20 puntos por debajo de la inflación del año pasado, por lo que se acumularía una merma de casi 40 puntos, en los casi 1500 millones de peso que manejan las cámaras en la provincia.

En materia política, el Gobierno bonaerense quiere poner en discusión los mecanismos de financiamiento de la política y desde ese lugar pretende avanzar con modificaciones en la estructura legislativa, que no solo incluyen recortes y congelamiento de gastos, sino también la eliminación de la doble firma, lo que le otorgaría al presidente del cuerpo una mayor discrecionalidad en la ejecución de los gastos.

Pero la verdadera sorpresa tiene que ver una posible modificación en la estructura ministerial, que según los trascendidos ya tendría un primer borrador circulando entre las distintas dependencias del ejecutivo provincial. En ese sentido, falta una definición sobre el futuro del actual jefe de Gabinete, Federico Salvai, que sonó con fuerza como uno de los nombres que Mauricio Macri quería sumar en Nación después de las elecciones, pero por ser una pieza clave en la gestión de la gobernadora y para evitar que comparta gabinete con su esposa, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, por el momento parecen haber mermado las chances del funcionario bonaerense.

De todas maneras, la decisión de fusionar las dos carteras "políticas", como son el Ministerio de Gobierno y la Jefatura de Gabinete, ya estaría tomada, por lo que si Salvai no se va a Nación, deberá disputar con Joaquín De La Torre,  actual ministro de Gobierno, la continuidad de sus equipos y su propia continuidad en el gabinete.

En la misma situación se encuentran el Ministerio de la Producción, que continúa paralizado a pesar de la designación de Javier Tizado después de más de 6 meses de acefalia, y el de Agroindustria, a cargo de Leonardo Sarquis, que se hizo cargo de la gestión administrativa de producción en los meses en los que no hubo ministros.

En estos casos además habría cierto descontento de  Vidal con el rendimiento de sus funcionarios, por lo que una fusión podría estar acompañada de un cambio de nombres en la nueva cartera que se pretende crear. Aunque el argumento final para avanzar sería el mismo: la necesidad de achicar los gastos del Estado bonaerense.

Vale recordar que no es la primera vez que la mandataria cambia la estructura de su Gobierno. En su primera Ley de Ministerios prescindió de la Jefatura de Gabinete, pero meses más tarde finalmente recurrió a Salvai como ministro coordinador, y eliminó el Ministerio de Coordinación y Gestión Pública, un ente que tuvo a cargo Roberto Gigante y cuya ausencia no se nota en absoluto porque nunca estuvo del todo claro cuáles eran sus funciones.

La principal preocupación de los ministros que están en la mira de la titular del ejecutivo es la continuidad de los contratos “políticos”, que en muchos casos se cuentas de a docenas y por cifras abultadas, lo que contrasta con la idea de “achicar” los gastos eliminando parte de la estructura, por lo que los funcionarios se preparan para reforzar su presencia en campaña e intentar congraciarse con Vidal antes de que decida como materializar los recortes.

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