¿Volvió el tercio ganador?

Por: Mariano Fraschini

Corría el año 1985 y se disputaba el match por el campeonato mundial de Ajedrez entre en aquel momento campeón, Anatoly Karpov, y el retador, Garry Kasparov. El reglamento estipulaba que ganaría quien obtuviese 6 victorias, sin límite de partidas. Para sorpresa de muchos, el campeón logró triunfar en 5 juegos en las primeras 20 partidas. Parecían escasas las chances de Kasparov, pero mediante un juego conservador y especulativo, el joven de Baku logró de a poco neutralizar el juego de Karpov. Es más, logró su primer triunfo en la partida 32 y, luego de un bloque de empates, volvió a vencer en forma consecutiva en los juegos 47 y 48, y se puso 5 a 3. Cuando el match se perfilaba hacia una recta final vibrante y emotiva, y los aficionados del juego ciencia nos volvíamos a involucrar en el desenlace, el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Florencio Campomanes, decidió culminar el match “debido al cansancio de ambos jugadores luego de las extenuantes 48 partidas jugadas”. Increíblemente, el órgano máximo de ajedrez suspendía el encuentro por el campeonato mundial para “dentro de los próximos meses”.

Esta historia (real) me vino a la mente cuando, a la madrugada del domingo 13 de agosto, en momentos en que la candidata de Unidad Ciudadana venía descontando a pasos agigantados la ventaja que mantenía el candidato de Cambiemos en la disputa más importante de la elección legislativa, escuché al secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, indicar que “contaremos hasta el 95%”, el resto “quedará para el escrutinio definitivo”.  Salvando las distancias, la consecuencia fue la misma: se suspendió el juego y la definición quedó para más adelante.

Atrás había quedado el festejo del Gobierno por la “excelente elección” y por convertirse en la agrupación política más votada a nivel nacional. Sin dudas, la votación del domingo le otorgó un fuerte envión a la alianza Cambiemos y los datos a nivel país respaldan esta evaluación oficial. Luego de dos años con muy pocas cosas para festejar, un importante deterioro del tejido social e índices económicos para nada auspiciosos, el Gobierno logró mantener un porcentaje de votos similar al obtenido en la elección presidencial de octubre de 2015. En un contexto sumamente adverso en el plano socioeconómico, Cambiemos conservó el voto de dos años atrás y no pareció sufrir un desgaste luego de su política de ajuste económico. Para decirlo gráficamente, pese a empobrecer la calidad de vida de una parte muy significativa de la sociedad argentina, el macrismo consiguió una cantidad de votos que le otorgan cierto plafón para profundizar su modelo económico excluyente y desigual.

El objetivo central de este artículo, teniendo en cuenta que en las elecciones de 2015 y 2017 Cambiemos repite porcentaje de votos, será interrogarnos acerca de la composición del voto nacional del Gobierno en perspectiva comparada frente a la elección presidencial de octubre de 2015. Es cierto que se trata de elecciones diferentes, pero también es el último dato a mano disponible para poder dar cuenta de los votos ganados o perdidos por el macrismo en todo el país.  Desde la ciencia política se nos advertirá que el votante no selecciona sus opciones de igual forma en una elección ejecutiva que en una legislativa, pero desde hace un buen tiempo, las elecciones nacionales se vienen personalizando de tal forma que bien es posible realizar una comparación entre ambos momentos electorales. De hecho, la alianza Cambiemos tomó esta votación como un plebiscito a su gestión de gobierno, pidiendo el apoyo a la administración Macri en todas las provincias del país.  Asimismo, Cambiemos fue la única fuerza que presentó en la totalidad de los distritos su divisa, a excepción de la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO y la CC compitieron contra el radicalismo. Sin más preámbulos, observemos los datos entre una elección y otra en los 24 distritos del país.


Distrito
Elección Presidencial octubre de 2015
Elección PASO legislativa 2017
Buenos Aires
3.134.779  (32,8)
3.046.110 (34,19)
Ciudad de Buenos Aires
1.001.379

(50,61)

935.324 (49,55%)
Catamarca

78.958

(35,82

%)


66.552 (36,40%)
Córdoba
1.155.333 (53,2%)
850.778 (44,51)
Corrientes

198.241

(31,81%)

266.515 (45,44%)
Chaco
185.563 (28,28%)
224.868 (37,20%)
Chubut

62.142

(21,34%)

74.845 (25,72%)
Entre Ríos
314.057 (37,76%)
363.454 (47,72%)
Formosa
48.742 (15,04%)
108.057 (35,78%)
Jujuy

69.882

(17,24%)

134.186 (35,82%)
La Pampa
70.783 (33,59%)
95.068 (49,21%)
La Rioja
64.106 (31,67%)
57.239 (32,41%)
Mendoza
443.913 (40,85%)
429.616 (41,07%)
Misiones
149.940 (22,70%)
182.254 (28,75%)
Neuquén
103.860 (27,97%)
89.419 (24,57%)
Río Negro
89.103 (22,39%)
70.414 (19,27%)
Salta
146.875 (20,56%)
151.616 (24,22%)
San Juan
86.920 (20,70%)
120.750 (29,98%)
San Luis
86.225 (30,93%)
150.122 (54,82%)
Santa Cruz
44.880 (25,57%)
74.249 (45,87%)
Santiago del Estero
81.825 (14,7%)
86.276 (16,13%)
Santa Fe
712.100 (35,29%)
489.537 (27,13%)
Tierra del Fuego
20.226 (21,9%)
17.437(19,46%)
Tucumán
251.299 (26,7%)
284.913 (30,87%)

Cuadro realizado en base a los datos obtenidos del Atlas Electoral de Andy Tow  (http://www.andytow.com/atlas/totalpais/) y la página oficial del Ministerio del Interior (http://resultados.gob.ar/inicio.htm)

¿Qué nos dicen estos datos? ¿Dónde se hizo fuerte el gobierno? ¿Dónde sumó y dónde perdió votos? ¿Qué conclusiones se desprenden de esta comparación?

A primera vista, como dijimos, Cambiemos retiene un porcentaje similar de votos entre ambas elecciones: el 34,15% de los sufragios en 2015 y promedió el 35% en 2017. Como se observa en el cuadro, el Gobierno logra aumentar su caudal de sufragios en la mayoría de las provincias, disminuye en otras y mantiene sus votos en las restantes. Aclaremos que el objetivo de estas líneas no es dar cuenta del puesto obtenido en cada uno de los distritos, ni del porcentaje total de votos en cada uno de ellos, ni comparar los votos absolutos obtenidos por las tiendas amarillas. Dicho esto, miremos más de cerca.

¿En dónde Cambiemos logra mejorar la elección de 2015? En Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos , Formosa, Jujuy, La Pampa , Misiones, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz y Tucumán, en donde asciende, en promedio, más del 10% de los votos. En tanto que en Buenos Aires, Capital, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Santiago del Estero y Tierra del fuego obtiene porcentajes muy similares a 2015. En donde el gobierno cae en peso electoral es en Córdoba, Neuquén (a pesar de haber vencido el domingo), Río Negro y Santa Fe. Obsérvese que, a pesar de haber aumentado el caudal de votos en la mayoría de los distritos, en las provincias más grandes el gobierno logra mantener el mismo porcentaje de votos o descender en las preferencias electorales. ¿Qué explica esta disparidad? A primera vista, comparar la elección de 2015 con la de 2017 implica dar cuenta del “Factor Massa”. Mientras el diputado oriundo de Tigre obtuvo a nivel nacional el 22% de los sufragios en 2015, en la votación del domingo, al comprimir su candidatura a un distrito (PBA), redujo muy sensiblemente el porcentaje de votos a nivel nacional. Si prestamos atención a las provincias en donde el PRO y la UCR suman más voluntades, el “factor Massa” se convierte en el principal elemento explicativo. Gran parte del aumento del caudal de votos en Jujuy, La Pampa, Salta, Corrientes, Chaco y Santa Cruz, por mencionar seis de los distritos en donde esto se observa nítidamente, Cambiemos lo hace a expensas del líder de “1País”. En algunos distritos es casi calcada la sumatoria de los votos made in 2015 entre Macri y Massa y los votos obtenidos por el oficialismo a nivel nacional el domingo.  El caso San Luis es más complejo, ya que allí el candidato ganador Claudio Poggi emerge más como un desprendimiento del oficialismo peronista que como una figura “creada” por el PRO al estilo Miguel Del Sel, Héctor Baldassi o Carlos Mac Alister. En donde el gobierno logra mantenerse o disminuye en los porcentajes de 2015, el voto de Massa va hacia los liderazgos peronistas locales vencedores, o como en el caso de Santa Fe, se disuelve en otras expresiones y en el socialismo, quien no había presentado candidato a presidente en aquella ocasión.

En síntesis, esta comparación entre las dos últimas elecciones a nivel nacional (excluí, por cuestiones obvias, el balotaje de noviembre de 2015) no intentan explicar el resultado electoral de Cambiemos, solo dar cuenta de en dónde radican los avances y retrocesos del gobierno intra elecciones.  

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