¿Cómo quedó la economía en la provincia tras la crisis cambiaria?

Un informe de Analogías da cuenta del impacto de la devaluación y el salvataje financiero del FMI en la obra pública, la situación fiscal y el empleo en territorio bonaerense.

Uno de los sectores de la economía bonaerense que más acusó impacto de la crisis económica de mayo fue la obra pública. Se estima que el motor de la recuperación en 2017 saldrá mal parado de los recortes anunciados por el gobierno nacional tras la corrida cambiaria, la devaluación y la negociación del préstamo con el Fondo Monetario Internacional.

En la comparación interanual del primer trimestre se vislumbra un desplome de 59% nominal en las licitaciones de obra pública en territorio bonaerense, lo que equivale a un recorte de facto del 76%, o casi $11 mil millones.



Según el relevamiento de la consultora Analogías, esta caída ratifica la hipótesis de que la provincia perderá el motor que le permitió en 2017 recuperar parte de lo perdido en 2016. Los datos de empleo hacia septiembre de 2017 a nivel bonaerense indican que el único sector que mostraba mayor dinamismo era el de la construcción.

Por el lado de la situación fiscal, el panorama parece más claro para el año: en el primer trimestre la provincia recibió un 56% más de fondos nacionales que en igual período del año pasado y se prevé que los recursos nacionales girados a la provincia superen los 200.000 millones de pesos para 2018.



“Con el nuevo escenario post acuerdo, gracias a estos recursos extra que vendrán de Nación, el resultado financiero -que contempla el saldo fiscal más los servicios de deuda- pasaría de un déficit de 31.000 millones (presupuestado) a un superávit de 10.000 millones de pesos (resultado financiero hipotético que suma los recursos extra de Nación al presupuesto)”, señala el informe.

Sin embargo, desde Analogías advierten tres frentes de conflicto: por un lado, el efecto recesivo de la devaluación en la situación fiscal y financiera, que puede deteriorarse por su impacto en la recaudación propia. Por otro lado, el efecto de la quita de los impuestos provinciales en las tarifas de servicios públicos estima un costo fiscal de unos $ 3000 millones.

Y por último, la negociación con el FMI “puede llegar a presionar a la Provincia de Buenos Aires tanto por el lado de las transferencias percibidas como por la voluntad de profundizar el recorte en el gasto. La caída de la obra pública le restará dinamismo a la provincia, lo cual también afectará los ingresos”.

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