Cuatro claves para entender el avance de los militares en América Latina

Las Fuerzas Armadas salieron de los cuarteles y cuentan cada vez más funciones, más autonomía y más poder en las democracias de la región. Su rol en las crisis recientes.

Los militares salieron de los cuarteles y en el último tiempo cobraron un protagonismo sorprendente las democracias de América Latina. En Ecuador, Chile y Perú, las Fuerzas Armadas respaldaron a presidentes asediados por la protesta social o por conflictos con el Congreso. En Bolivia fueron partícipes necesarios del derrocamiento de Evo Morales. En Brasil son un actor vital de la coalición de Jair Bolsonaro, en Venezuela sostienen el régimen de Nicolás Maduro y en Centroamérica y Colombia cumplen tareas cotidianas de seguridad interna. Cuatro claves para entender el avance del poder militar en la región.


1) Distintas modalidades de intervención militar en la esfera pública

Uno de los ejes que explicó la estabilidad democrática que vivió América Latina desde la década de los ´80 fue la subordinación del poder militar al poder civil. En años recientes, sin embargo, las Fuerzas Armadas parecen haber ganado autonomía y cuentan con una influencia creciente y diversa en los procesos políticos de la región.

Gustavo Flores-Macías, profesor de la Universidad de Cornell, identifica cuatro vías de injerencia miitar. El primero, el más extremo, es la participación directa en los regímenes autoritarios: la continuidad de Maduro en el poder de Venezuela se explica por el apoyo militar. El segundo camino es la militarización de los conflictos, como las masivas protestas que enfrentaron Sebastián Piñera en Chile y Lenin Moreno en Ecuador. La tercera modalidad, quizá la más peligrosa, es la de los militares como guardianes del orden político-civil: en Bolivia, Evo Morales fue forzado a abandonar la presidencia tras una “sugerencia pública” hecha por el Ejército. La cuarta vía está presente en muchos países de América Central: implica la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y el mantenimiento de la seguridad pública.


2) Un contexto internacional adverso: la hora de los oficialismos debilitados

Un segundo factor que explica el avance militar en la región es el contexto internacional adverso y las recurrentes crisis que debilitan a los gobiernos de la región. La caída del precio de las materias primas se traduce en escasez de recursos y en una sistemática caída de la popularidad de los presidentes. Acorralados por movilizaciones populares en su contra (Chile y Ecuador) o por conflictos con el Congreso (Perú), los presidentes latinoamericanos se ven tentados de acudir a los militares para dar una muestra de autoridad, intimidar a sus opositores y superar las crisis coyunturales.


3) Estados Unidos y su disputa geopolítica con China

Desde el ataque a las Torres Gemelas en 2001, Estados Unidos olvidó estratégicamente a América Latina para concentrarse en Medio Oriente. En los años recientes, sin embargo, ante el ascenso persistente de China, la región se convirtió en un territorio en disputa entre las dos potencias hegemónicas. Washington, por lo tanto, volvió a concentrarse en este hemisferio y los militares fueron uno de sus interlocutores salientes.

En Centroamérica, Estados Unidos alimentó el activismo militar a través del Comando Sur. Dos agendas de política son sus prioridades: la lucha contra las drogas y el freno a la inmigración. En Colombia, Washignton impulsa desde hace décadas el protagonismo de las Fuerzas Armadas en el marco del conflicto con los grupos guerrilleros. Con Bolsonaro como presidente (un ex militar), Brasil atraviesa quizá la etapa de mayor acercamiento con Estados Unidos de toda su historia. En Bolivia, los militares que propiciaron el desplazamiento de Evo tienen vínculos diversos con Estados Unidos. Todos estos movimientos obedecen, en parte, a la puja internacional que Washington mantiene con China por el control de la región.


4) Una institución con prestigio

Una manera alternativa de entender el ascenso de los militares en América Latina es a partir de las actitudes de la sociedad. Según la consultora Latinobarómetro, la confianza en los militares es superior a la de cualquier poder del Estado en casi toda la región. El promedio de confianza en la institución militar es del 44%, muy por encima de, por ejemplo, el Poder Judicial (24%), el Ejecutivo (22%) y el Congreso (21%).

En Argentina los militares están asociados a la violación de los derechos humanos ocurrida durante la última dictadura. El terrorismo de Estado por parte de las Fuerzas Armadas es algo específico de la historia argentina -y también de Chile- pero no se extiende al resto de Latinoamérica. Así, los militares mantienen en muchos países un considerable prestigio. Así, frente a instituciones civiles cuestionadas, muchos líderes de la región acuden a las Fuerzas Armadas para fortalecer su propia legitimidad en contextos de crisis.

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