Cuotas para los vencimientos de tarjetas: análisis e implicancias

La economista Daniela Triador explica y analiza los alcances de la medida dispuesta por el Banco Central que estipula el pago en cuotas de los vencimientos de las tarjetas de crédito.

A medida que nos acercamos al 13 de Abril aumentan las expectativas ante la posible aparición de novedades y decisiones sobre la cuarentena obligatoria. En el día de hoy el protagonismo lo tuvo el BCRA con el anuncio de nuevas medidas de financiamiento y prórroga para los pagos de las tarjetas de crédito. 

Recordemos en principio que por una resolución de la misma entidad los pagos de los consumos realizados con las tarjetas de créditos se habían extendido hasta el 13 de abril. De esta manera, todos los bancos comerciales se encontraban en la obligación de prorrogar los vencimientos de los resúmenes sin ningún tipo de interés punitorio. 

Si bien aún no existe ningún comunicado oficial sobre la extensión dela cuarentena, las probabilidades que se prolongue el aislamiento obligatorio, dada la evolución de los contagios y muertes es cada vez mayor. Las medidas anunciadas en el día de hoy por el Banco Central de la República Argentina buscan darle una solución un poco más a largo plazo a los conflictos que puedan surgir para afrontarlos compromisos de pago de tarjetas de crédito. 

El anuncio consiste fundamentalmente en la refinanciación automática de los saldos en las tarjetas de crédito que originariamente tenían vencimiento entre el 20 de Marzo y el 12 de abril y que fueron, como se dijo anteriormente, modificado al día 13 de este mes. De esta manera los clientes de todas las entidades del sistema financiero podrán acceder a un plan de pago en 9 cuotas fijas e iguales a una tasa nominal anual del 43%.

Este beneficio se otorgará de manera automática y sin la necesidad de realizar ningún tipo de trámite a quienes no abonen los resúmenes de sus tarjetas. Esto conforma así un plan de pago de 12 meses, ya que los clientes contarán también con un periodo de “gracia” de 3 meses antes de afrontar las 9 cuotas fijas. De esta manera las personas que hayan visto afectada su economía por el aislamiento obligatorio podrán prorrogar los compromisos de pago de este difícil contexto hasta agosto. 

Algunas primeras impresiones sobre este anuncio dan cuenta de la necesidad de atender y ayudar a un sector de la sociedad que hasta este momento no se había priorizado. Recordemos que entre las principales medidas de emergencia económica tomadas hasta el momento el gobierno nacional priorizó, acertadamente, a jubilados y sectores más vulnerables. La transferencia de recursos desde el Estado tomó forma en medidas tales como el bono extraordinario otorgado a jubilados, el pago extra a los beneficiarios de Asignación Universal por Hijo y Asignación Universal por Embarazo y el Ingreso Familiar de Emergencia para sectores informales y monotributistas fundamentalmente. 

La postergación y refinanciación de los pagos de tarjetas de crédito, sin embargo, benefician a un sector de la sociedad que se encuentra, probablemente,  en una situación económica menos extrema. Tengamos en cuenta que, para acceder a productos financieros, los bancos exigen poseer ingresos formales respaldatorios y que la línea de crédito otorgada a los individuos depende de la evaluación de su situación crediticia. Resumiendo, la medida del Banco Central impacta en gran medida, y a diferencia de gran parte de los esfuerzos realizados por el Estado hasta el momento, en el sector formal de la economía. 

Esta resolución se encuentra en línea con las decisiones tomadas por el gobierno desde su asunción. Recordemos que el oficialismo presentó en febrero de este año un proyecto de ley para ponerle topes a los intereses que pueden cobrar los bancos por la financiación de las tarjetas de crédito. Con una intención clara de limitar la rentabilidad bancaria a costa de  las personas en condiciones económicas desfavorables el banco central continúa bajando la tasa nominal anual máxima por intereses compensatorios que pasó de 55%en Marzo a 43% con el comunicado de hoy. 

Ahora bien, la intención es clara y más que valida: reducir las ganancias de las entidades financieras para poder ayudar a sectores fuertemente afectados por la actual crisis económica. La medida, sin embargo,tiene sabor a poco teniendo en cuenta que este 43% no es lo que efectivamente tendrán que pagar quienes refinancien sus saldos, sino una tasa aún más alta indicada en el costo financiero total de cada uno de los bancos. 

Recordemos pues que en el actual contexto recesivo las expectativas de inflación se encuentran por debajo de esta tasa de 43%, por lo que los bancos aún continuarían teniendo retribuciones reales exorbitantes. 

Se avanza en una dirección que es clara, necesaria y positiva: a los bancos también les tocó la hora de ganar menos. El problema  es que ese “menos” todavía sigue siendo demasiado. 

Daniela Triador. Investigadora docente del área de Economía Política UNGS.

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