El amor por los débiles enmascara voluntad de asesinato
Julián Axat nos trae en esta oportunidad algunos de sus poemas inéditos, escritos durante el año 2020.
TENTATIVA SOBRE KOEK KOEK
a Rolo della Croce
De muy chico te arrojé naranjas
sin saber quien eras
Estabas colgado de la pared del departamento de mi abuela materna
esperando que algún día te dilucide
Quizás tuve miedo a tu expresionismo
ese amanecer de los pescadores de Amberes o Valparaiso /quién sabe
lanzados hacia el mar de la seminoche
Apenas unas olas y las barcazas flotando
y el oleo ocre
y las redes en la lontananza de la decadencia oscura de tu alma
Tu creador KoekKoek fue protegido de mi bisabuelo paterno
de vaya a saber uno qué chanza o noche de desvelo
mientras el errante holandés /perdido en las aguas sucias del río de la plata
pagaba sus cuitas con lienzos de óleo
como seguramente fue pagado mi bisabuelo paterno
hasta llegar un día vaya saber cómo
a la pared del departamento de mi abuela materna
Y recibir mis naranjazos limpios
Eras la obsesión de mi tía madre Cristina /que en paz descanse
quien te adoró desde su living
como el preciado tesoro de su abolengo perdido
Y ahora te tengo /lienzo de la noche
Agur maldito en mi living absurdo
habiéndote tasado varias veces entre tus coleccionistas insomnes
que pagan bien pero no miden tu lugar de holandés errante /de principios del siglo XX
en estos pagos del río de la plata siglo XXI
A esta altura eres casi /como mi condena
mi angelus novus de Klee /te llevo a cuestas en el lomo
y espero el momento oportuno
para dilapidarte /y recibir como paga de mi herencia
el monto equivalente a los sueños
que mis antepasados
nunca supieron tener
EL HOMBRE QUE ODIABA A LOS PERROS
Durante ocho años
el mundo creyó
que el belga Jacques Mornard era el asesino de Trotsky
hasta que el criminólogo mexicano Alfonso Quiroz Cuarón
después de buscar en miles de archivos policiales
pudo dar con la clave y cotejar
que en las huellas dactilares del supuesto Mornard
el servicio secreto del NKVD había escondido
la identidad del agente catalán Ramón Mercader
En la narración de los sueños de sesiones
en la profundidad de la cárcel Mexicana de Lecumberri
Cuarón escuchó de boca de Monard o Mercader (ya no importaba)
que la misión encomendada por el mismísimo Stalin
le llegó a través de un mensaje cifrado
una alucinación de dos hombres (víctima y victimario)
que son el mismo
En el poema sobre la identidad de los asesinos velados
que se ganan la patria
Dios y el diablo figuran como la misma persona
/
Con el tiempo que demoran las tragedias
en nombrar la miseria de un héroe y villano
Monard o Mercader (no importa quién)
ya había salido en libertad
y Cuarón había muerto
VISIÓN DESPUÉS DE LAS TOPADORAS
Me detuve ante las fotos y
Vi la Noche / mamadera /media llena/
escudos / fuego /aire espeso
todo demasiado denso
/mamadera /medio vacía/
Vi rostros encapuchados /corriendo
policías heraldos de infantería
abroquelados /avanzando
Vi perros con sarna / entre el humo
bebé aferrado al pecho /su madre
casco y escudo /que avanzaban /
leche negra o blanca / medio llena/vacía
Vi mucho humo/ colchones / policías en motos
acompañando cinco motopalas /removiendo todo a su paso
Vi a varios policías sosteniendo itakas y haciendo gesto
la gesta / /la de apuntar hacia algún punto que se pierde
policías entre hilos engalletados a palos //retorcidos
Vi /restos de restos/ de un rancho aplastado / bastante humo//
/cartones prensados machimbre descuajeringado /
/agujeros en la tierra / varias carpas deshechas
Vi a una pareja tomada de la mano y con tapabocas
con los bolsos recién hechos para irse a algún sitio
Vi ropa caída e indicios de que (momentos antes) había estado tendida
Vi a un policía pateando algo en el piso
pero la altura de los pastos me quitó la visión del misterio
aunque pude apreciar (luego) que eran /huesos
Vi banderas que decían “no no sacan sino muertos” /
Vi cartuchos / bolsas de polietileno negras /arrugadas /
fosas en el pasto /cientos de otros cartuchos vacíos /
lonas y media-sombra mal enrollados esparcidas
Vi una casilla prendiéndose fuego /y a los polis a su lado mirando
Como si asistieran al fogón infernal /de sus almas
Vi clavos esparcidos en el barro / una zanja oscura /
y un dedo apuntando a la nada como salido de una cruz
Vi gases y gente corriendo / máscaras / vi tachos
una rueda de auto encendida
//y el pedazo de un madero
de una tranquera contra el piso
Vi que un Dron subía y bajaba como cuervo enloquecido
y la vista aérea del predio vacía (antes)
vista aérea del predio tomado (durante)
vista aérea del predio con los restos (después)
Y en todas esas imágenes
cada objeto que /entonces vi
los vi / colocados
de tal forma
que cumplían como cierto orden natural de las ruinas
como el rompecabezas /que deja Dios luego de las pestes
cierto sepulcro
enseñanzas
restos suspendidos en el tiempo
para mirarnos al espejo
el enigma
ante todo resabio de la destrucción
que apenas podemos manejar
Entonces dejé de mirar al fotos
y la visión se perdió
LOS HIJOS DE LOS OBREROS QUE SERÁN ASTRONAUTAS
«No encañonamos a la gente en ningún momento,
aunque sí dejamos ver que teníamos armas.
Les dije que se quedaran tranquilos y empecé a hablar de la justicia social,
la independencia, San Martín, la educación,
la salud pública,
de lo que creíamos que eran las necesidades más acuciantes de la gente.
En uno de los asientos había sentado un pibe morochito que no entendía nada.
Le pregunté qué quería ser cuando fuera grande.
Me dijo que astronauta,
entonces hablé también sobre eso:
de las pocas posibilidades que tenía el hijo de un obrero de ser astronauta
o de seguir la carrera que quisiera,
y dije que ese chico sí lo iba a poder hacer porque,
cuando fuera grande, la patria ya iba a estar liberada».
Poema a partir del Testimonio de Alberto Szpunberg sobre el asalto de la Brigada Masetti al tren de Rosario en 1970, remitido a mi casilla por Juan Bautista Duizeide, a propósito de LEMURIA y PERROS DEL COSMOS.
Julián Axat, escritor y abogado
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