El gobierno de Irlanda se enfrenta a una pospandemia doblemente difícil

OPINIÓN. Virus, Brexit y un escándalo doméstico: los desafíos a los que se enfrenta el gobierno de la República de Irlanda.

A comienzos de este año, el entonces Taoiseach (primer ministro en irlandés) Leo Varadkar llamó a elecciones anticipadas para el 8 de febrero, las cuales tuvieron un resultado inconcluso.

De los 160 escaños que componen el Dáil Éireann (cámara baja del Parlamento), el partido Fianna Fáil se quedó con 38, Sinn Féin con 37 y Fine Gael con 35, seguidos en menor medida por el Partido Verde con 12 y el Partido Laborista con 6, entre otros.

Como ninguno obtuvo la mayoría necesaria para gobernar en solitario, Varadkar renunció a su puesto como mandatario y comenzaron las negociaciones para formar una nueva coalición.

Desde un inicio, tanto Varadkar como Micheál Martin, líderes de los principales partidos de centroderecha Fine Gael y Fianna Fáil, aseguraron que ninguno formaría una coalición con el izquierdista Sinn Féin, a pesar de su histórico mérito de haber roto el bipartidismo que hasta entonces tenía como protagonistas a esos dos partidos.

En junio, luego de cuatro meses de negociaciones y ya con más de 25.000 casos positivos de Covid-19 en la República, Fianna Fáil y Fine Gael, junto con el Partido Verde, dejaron de lado sus diferencias y decidieron formar un gobierno de coalición para hacer frente a la pandemia.

Como parte del acuerdo entre los tres partidos, se dispuso un mandato rotativo. Es decir, Micheál Martin (FF) se convirtió en Taoiseach el 27 de junio y detentará el cargo hasta diciembre de 2022, cuando cederá el puesto a Leo Varadkar (FG) -hoy en día Tánaiste (vice primer ministro)-, quien concluirá el mandato estipulado.


La Pandemia

El pasado 29 de febrero, tan sólo tres semanas después de la elección general, se detectó el primer caso de Covid-19 en la República. Debido al rápido incremento en los contagios, el gobierno -con Varadkar todavía a la cabeza- comenzó a restringir actividades hasta finalmente declarar una cuarentena total.

Asimismo, introdujo diversas medidas y ayudas económicas para mitigar el impacto de la pandemia en los ingresos de los ciudadanos. Por ejemplo, desenfundó un seguro de desempleo especial llamado Pandemic Unemployment Payment (PUP), que estará vigente hasta abril del 2021, así como un apoyo financiero a más de 31.000 comercios llamado Restart Grant.

El país sufrió igualmente reversos sociales y económicos. Con más de 29.000 casos confirmados y 1.700 fallecidos hasta la fecha, la tasa de desempleo ajustada a la pandemia subió de un 4,7% en enero a un récord de 28,2% en abril, aunque se redujo de manera progresiva y actualmente se encuentra en 16,7%.

En este contexto de crisis, el PBI de la República irlandesa se enfrenta a una contracción proyectada de -8,5% en el 2020, con un eventual crecimiento de 6,25% en 2021. Sin embargo, su desempeño económico de los próximos años está también determinado por otro factor principal.


El Brexit

El Reino Unido se retiró de la Unión Europea el pasado 31 de enero y actualmente se encuentra atravesando el proceso de transición, en el cual debían llevarse a cabo negociaciones entre ambas partes para definir la naturaleza de la futura relación comercial.

Sin embargo, estas negociaciones se vieron perjudicadas por la emergencia del virus, que obligó a los gobiernos nacionales a enfocarse en controlar su situación doméstica. Por esta razón, el Brexit presenta una gran incertidumbre respecto de cómo y en qué términos continuará el vínculo mercantil entre los países involucrados.

La República de Irlanda y el Reino Unido poseen una estrecha relación comercial e interdependencia económica, dado que aproximadamente el 80% de las exportaciones irlandesas son transportadas hacia o a través del Reino. A su vez, éste constituye el tercer destino final de dichas exportaciones y el principal origen de sus importaciones.

Es por esto que el Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Irlanda, Simon Coveney, afirmó que preservar el flujo comercial con Londres es fundamental para el escenario de la pospandemia. Siguiendo esta línea, advirtió que los hogares y comercios irlandeses tendrán una capacidad limitada para resistir a un ‘’segundo shock’’ provocado por un Brexit duro -es decir, sin acuerdo entre el Reino Unido y la UE-.


El Golfgate

La incertidumbre se profundizó aún más a partir del reciente escándalo conocido como Golfgate. Hace unos días, más de 80 personas asistieron de manera irresponsable a una cena de la Sociedad de Golf del Parlamento irlandés, ignorando las indicaciones oficiales sobre distanciamiento social.

De la cena participaron varios políticos oficialistas, jueces y periodistas, entre quienes figuraron distintos senadores y ministros de Fianna Fáil y Fine Gael que finalmente renunciaron por presión o fueron sancionados por los líderes de sus partidos, Martin y Varadkar, respectivamente.

Por ejemplo, participó el comisario de comercio de la UE Phil Hogan, miembro de Fine Gael y figura clave en las negociaciones para la futura relación comercial entre la UE y el Reino Unido. Hogan dimitió y ahora el gobierno irlandés tiene la función de nominar a dos candidatos -un hombre y una mujer- para reemplazarlo, quienes serán evaluados por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.


Escenario actual

La República de Irlanda sigue luchando contra la pandemia, que dista de estar terminada e incluso visualiza una nueva alza relativa en el número de contagios. En este contexto, el Golfgate fue un durísimo golpe a la legitimidad del gobierno de coalición y las medidas de prevención que tomó, si bien las respuestas de Martin y Varadkar estuvieron a la altura.

A su vez, el tiempo sigue corriendo y el reemplazo de Phil Hogan se vuelve cada vez más urgente, dado que su puesto es fundamental para negociar la futura relación comercial con el Reino Unido.  

La amenaza del peor escenario -un Brexit sin acuerdo- se acerca cada vez más, porque Bruselas y Londres no logran estar en la misma sintonía, y por ende es una coyuntura clave para que el gobierno irlandés demuestre su voluntad y capacidad política para lograr que el país se mantenga a flote en la pospandemia que se avecina; pero también deberá evitar que el notorio Sinn Féin siga ganando votos, buscando consolidarse potencialmente como primera fuerza y gobernar por primera vez en la historia de la República desde 1922.


*Actualización inminente: Urusula von der Leyen eligió al letón Valdis Dombrovskis como nuevo comisario de Comercio de la UE, quitándole la cartera a la República de Irlanda. Por otro lado, la irlandesa Mairead McGuinness, propuesta por Dublin, será la nueva comisaria de Servicios Financieros.


Sobre el autor

Tomás Kirjner Baricco es estudiante avanzado de Ciencia Política UBA y miembro del CEPI.

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