El ¿milagro? portugués

ENTREVISTA. En conversaciones con Andrés Malamud, politólogo residente en Lisboa y especialista en el tema, hablamos sobre el llamado “milagro” portugués.

Las claves de la salida de Portugal a la crisis internacional de 2008, originada en Estados Unidos, se resume en una combinación entre austeridad-anti austeridad económica. Según Moury, De Georgi y Barros, una “austeridad sigilosa”[1]

 

La troika y el ajuste

En conversaciones con Andrés Malamud, politólogo residente en Lisboa y especialista en el tema, hablamos sobre el llamado “milagro” portugués. Para él, “consistió en recuperar salario a costa de inversión”. La crisis golpea a Portugal en un contexto interno de una deuda de más del 110% del PBI, al igual que un déficit elevado e insostenible. El Partido Socialista, centroizquierda, solicita a partir de esto la intervención extranjera.

Fue en 2011 cuando la troika –Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo- provee un rescate de 78 mil millones de euros. Malamud continúa argumentando que Portugal recibió el rescate completo: fiscal y bancario. La experiencia griega, que también requirió del mismo tipo de rescate, fue la primera, y “tuvo dos consecuencias para Portugal: primero, la Troika aprendió de algunos de sus errores y mejoró las condiciones; segundo, los portugueses tomaron nota de la negligencia política y violencia social griegas y aceptaron el ajuste para evitarlas”.

“La más dura era la Comisión, a través de la cual hablaba Alemania. El más concesivo era el FMI, que había aprendido algunas lecciones del fiasco griego. El papel de la Troika era muy simple: cirugía sin anestesia. No mejorar la eficiencia del estado sino cortar gastos mediante reglas rígidas y a cualquier costo. Para eso, aplicaron un torniquete al gasto público y lo monitorearon en detalle. Pero mucha falta no hacía, porque el gobierno 2011-2015 ajustó por convicción”.

El factor determinante fue uno: ajuste. Teniendo en cuenta las condiciones económicas ortodoxas que conlleva formar parte de la Unión Europea, en la misma línea que las imposiciones de la troika, Portugal no puede devaluar. Al no poder devaluar, debe ajustar por otro lado, optando por la reducción de salarios, aumento de la jornada laboral, suspensión de aguinaldos, recorte de subsidios, despidos, aumento de impuestos, etcétera. 


Estas medidas ayudaron, pero en sí mismas no bastaron. Hubieron otras cuestiones que incidieron en la recuperación: en primer lugar, la emigración de 760 mil portugueses, lo cual reduce el desempleo. Segundo, aumento de las exportaciones a raíz de inversiones alemanas para abrir empresas en la periferia para posteriormente importar. Tercero, aumento del turismo a partir de ataques en balnearios africanos y el fracaso de la primavera árabe. Cuarto, el Banco Central Europeo recompra deuda en el mercado secundario con objeto de bajar la tasa de interés y reabrir el crédito internacional en 2014.[2] Retomando una entrevista a Malamud en “La Nación” en 2019, se podría plantear que el “milagro” no fue en sí por un plan de desarrollo económico, sino por las condiciones de la troika y aspectos coyunturales. 

  

Austeridad y minoría socialista

Retomo, para esta sección, el trabajo de Moury, De Georgi y Barros de 2019. Para ellos, la “austeridad sigilosa” implica una contracción fiscal menos visible, no discutida públicamente por el gobierno. Es clave notar que desde 2015 el primer ministro portugués, Antonio Costa, forma parte de un partido de centroizquierda, y, al ser un gobierno minoritario que no ha formado coalición con sus pares izquierdistas, depende del apoyo de estos. Han logrado formar acuerdos con fines específicos, pero la coalición en sí no ha sido viable. La esencia de estos acuerdos ha sido la anti-austeridad en el discurso, desactivar progresivamente el ajuste.

El ajuste se ocultó, el déficit y el desempleo bajaron, y se ganó nuevamente credibilidad en los mercados europeos. Se concilia con el Partido Comunista (PCP) y el Bloque de Izquierda (BE). Además, a pesar de que la ayuda financiera culmina en 2014, continúa el visto bueno de los organismos internacionales. A simple vista, una fórmula envidiable.


Los siguientes gráficos son retomados del hilo de twitter de Andrés Malamud[3], cuando planteó diez preguntas y respuestas sobre el “milagro”. Primero, podemos notar que la tasa de desempleo se eleva hasta 2013 y 2014, cuando termina la ayuda económica de la troika, y a partir de allí comienza a disminuir, hasta llegar a los bajos niveles que tenemos hoy. El fin del ajuste es en 2015.

 

Fuente: PORDATA

Segundo, se logra una balanza comercial semi perfecta, el déficit más bajo de la historia. Se cumplió el objetivo.

Fuente: PORDATA

 

Sistema de partidos

Cuando le pregunté a Malamud sobre el sistema de partidos portugués luego de la crisis, responde que no cambió el formato sino la dinámica: los partidos de izquierda aceptaron acordar. Por izquierda al Partido Socialista (PS), fundado en 1973, liderado por Antonio Costa, primer ministro desde 2015. En las elecciones parlamentarias de 2019 obtiene su primera mayoría con el 36,6% de los votos. A este se suma el Partido Comunista (PCP), fundado en 1921 y liderado por Jerónimo de Sousa, miembro de la Coalición Democrática Unitaria junto al Partido Ecologista “Os Verdes”. Por otro lado, el Bloque de Izquierda (BE), de 1999, encabezado por Catarina Martins.

Por derecha tenemos, primero, al Partido Social Demócrata. Es el partido del actual presidente Marcelo Rebelo de Sousa, y del ex primer ministro Pedro Passos Coelho. Es de carácter conservador y centro-derecha. Segundo, a Chega, partido representante de los intereses de extrema derecha. Chega se moderó y logró acordar con los socialdemócratas en base a cuestiones tales como el recorte de subsidios, disminuir el número de parlamentarios regionales, lograr más autonomía a nivel regional, y utilizar nuevos mecanismos de lucha contra la corrupción. Este gobierno nuevo gana en Azores, venciendo a los socialistas. 

En este sistema, y ante la fortaleza del lado derecho, la izquierda busca apoyarse mutuamente para sostener el gobierno. Bajo las premisas de anti-austeridad y pro-Unión Europea, los partidos de izquierda se unen. La austeridad maquillada fue la clave para mantener contentos tanto a los izquierdistas como a los organismos internacionales. No obstante, no se ha formado una coalición. “El PS gobierna en minoría porque a los dos partidos de izquierda, el PCP y el BE, no les interesa comprometerse con la gestión de gobierno pero aceptan dar apoyo parlamentario a cambio de un par de políticas públicas (fundamentalmente, la recomposición salarial) y para evitar que gobierne la derecha”, en palabras de Malamud.

El “milagro” que no lo es tanto

En fin. La salida pseudo exitosa a la crisis internacional de 2008 se basó fundamentalmente en ajustar primero, desajustar después. La reducción del déficit y de la deuda fue a costa de reducción de salarios, despidos y recortes de subsidios, al no tener la opción de devaluar. 

Es notable reconocer que los principales objetivos se han cumplido, y que los gobiernos dejaron de necesitar que la troika los rescate. Hoy en día, los salarios mínimos han aumentado, al igual que los subsidios, y el desempleo y déficit bajaron ampliamente. Como dijo Andrés Malamud, “no hay paraísos gratis”. 

El ajuste aún no ha terminado, a pesar de haber disminuido en gran medida a partir del mandato socialista de 2015. Las presiones de los partidos de izquierda, cuyo apoyo es necesario a la hora de tomar medidas de gobierno, produjeron que el ajuste baje. Sin embargo, su esencia permanece para poder sostener el déficit y deuda pública.



   

REFERENCIAS 

[1] Véase Moury, C., De Giorgi, E., & Barros, P. P. (2021). How to Combine Public Spending with Fiscal Rigour?‘Austerity by Stealth’in Post-Bailout Portugal (2015-2019). South European Society and Politics, 1-28.

[2] Véase Mariano Beldyk, El 'milagro' portugués, una combinación de azar y políticas expansivas post ajuste”, Perfil, septiembre de 2019

 

Véase Rubén Guillemi, “Andrés Malamud. “Para Argentina es imposible aplicar el modelo portugués”, La Nación, abril de 2019


[3] Véase https://twitter.com/andresmalamud/status/1171172584546807813



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