El plan de Biden contra el cambio climático

OPINION. Apenas llegado a la Casa Blanca Joe Biden firmó una gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia llamados en Estados Unidos órdenes ejecutivas. El primero de ellos fue la suspensión de la construcción del muro en la frontera entre México y los Estados Unidos, el gran amuleto de la campaña de Trump


El 20 de enero en la ceremonia de asunción, Joe Biden, el nuevo presidente, remarcó la importancia del cambio climático para las generaciones venideras. Apenas llegado a la Casa Blanca Joe Biden firmó una gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia llamados en Estados Unidos órdenes ejecutivas. El primero de ellos fue la suspensión de la construcción del muro en la frontera entre México y los Estados Unidos, el gran amuleto de la campaña de Trump. La segunda orden ejecutiva fue la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París.


La pesada herencia


Donald Trump ganó la elección de 2016 haciendo foco en los trabajadores afectados por la desindustrialización y automatización de la región del Rust Belt, ubicada en la zona de los Grandes Lagos, en la frontera con Canadá. También se concentró en los trabajadores de la industria de carbón afectados por las regulaciones impuestas a esta explotación por la EPA (Agencia de Protección Ambiental) bajo la presidencia de Barack Obama. Apenas llegó restringió los poderes de acción de este organismo. Paradójicamente, esta agencia fue creada en 1970 bajo la presidencia del republicano Richard Nixon. Antes de entrar en política Donald Trump negaba públicamente el cambio climático y si bien no volvió a repetir esas frases durante su presidencia si tomó acciones que demostraban que todavía lo seguía pensando.  En cuatro años eliminó 64 regulaciones respecto al medio ambiente, un récord que superó a las 50 que George W. Bush eliminó en sus ocho años de gestión. Su secretario de Energía, el tejano Rick Perry, era un representante de los intereses petroleros quien al apenas asumir quitó las restricciones de la explotación de petróleo en el Golfo de México, tras lo cual declaró: “Estados Unidos vuelve a ser un gran jugador en el mercado del petróleo”. Sin embargo, a través de demandas judiciales estas nuevas explotaciones fueron detenidas. También se tomaron medidas respecto al conservacionismo como el autorizar feedlots en tierras federales originalmente ideadas para la conservación de animales como el búfalo norteamericano en los estados de Montana, Dakota del Norte y Dakota del Sur; se estudió la posibilidad de explotar minerales en el parque de Escalante en Utah, famoso por sus formaciones rocosas; y la que podemos llamar una de las medidas más disparatadas: desregularizar la caza de caribús y osos grizlys en Alaska, permitiendo poder dispararles desde helicópteros y lanchas. (1) (2)

 La cooperación internacional respecto al combate contra el cambio climático se vio reducida a la nulidad. Durante su gestión Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París. Trump fue el único presidente del G7 en no participar de los foros de este organismo sobre el medio ambiente. Fue el único país miembro de este organismo que no aportó fondos para ayudar a Australia tras los devastadores incendios en enero y febrero de 2020. (3)

Probablemente el efecto político de todas estas medidas haya sido la alta participación electoral entre las personas que tienen al medioambiente como prioridad número uno, principalmente los jóvenes universitarios, quienes votaron masivamente a Biden y quienes en 2016 no fueron a votar en grandes números. No solamente eso, sino que en aquellos pueblos que viven del ecoturismo Biden obtuvo mucho mejores resultados que cualquier candidato demócrata en los últimos treinta años, aun en estados conservadores como Arizona, Utah y Idaho. El otro grupo preocupado por el medioambiente siempre ha sido el de los nativos americanos por historia espiritual y económica con este, el sector también tuvo un récord de participación electoral. (4)

 

Green New Deal y los planes de la administración Biden-Harris


El plan medioambiental de Biden se basa en lograr una versión moderada del Green New Deal. El Green New Deal (GND) o Nuevo Acuerdo Verde, tiene como objetivo pasar de una economía dependiente de las energías fósiles a una economía verde basada en energías renovables en un período de 10 años, generando una nueva generación de “empleos verdes”, lo que se podría llamara un keynesianismo verde. Este proyecto fue presentado por el senador y la representante Ed Markey y Alexandria Ocasio Cortez en febrero del 2019, ambos pertenecientes al sector progresista del Partido Demócrata. El proyecto genero una reacción negativa por parte de los sectores políticos conservadores y de los sectores moderados del Partido Demócrata y por parte del sector mediático encabezado por la cadena televisiva Fox News. También tuvo una gran critica de la central sindical AFL-CIO, que se quejó de que no contemplaba el destino de miles de trabajadores de la industria petrolera y carbonífera. El proyecto fue duramente derrotado en el Senado por 67 votos. Una de las personas que voto positivamente fue la vicepresidenta y entonces senadora Kamala Harris.

 Durante las primarias demócratas de 2020 Joe Biden negó que de llegar a la presidencia aplicaría el Green New Deal. Sin embargo, luego de las primarias ideó un plan intermedio que preveía pasar a una economía basada en energía limpia en 20 años, similar al plan alemán llamado Energiewende y al Pacto Verde propuesto en la Unión Europea. La energía renovable y la energía limpia se diferencian en que la limpia incluye la energía nuclear. Los últimos estudios demuestran que es posible lograr energía nuclear no contaminante. También el cambio de plazos para lograr no ser dependientes de energías permitiría la readaptación de aquellos estados donde la explotación del petróleo y el carbón son importantes. Este giro moderado no impidió que Trump y los republicanos instalaran una campaña del miedo advirtiendo que, de ganar Biden, se acabarían de un dia para otro la explotación del petróleo, una estrategia diseñada para ganar los estados de Arizona, Nevada, Texas y Pennsylvania, donde en los últimos 15 años ha habido un boom de la explotación del sale gas a través del método del fracking. También es importante entender que esta campaña estuvo apoyada por el lobby petrolero, principal aportante a la campaña de reelección de Trump.

Entre los primeros decretos de Biden se encuentran la revisión de los contratos de fracking en las tierras federales, la creación de un plan donde se reserve un 30% de las tierras federales para el uso de conservación y subsidios a la industria de autos energéticos. Este último se enmarca en un guiño al Rust Belt, zona donde Trump logro una gran elección, en un esfuerzo por reconvertir la industria automotriz. Ha mandado al Congreso la propuesta de reestablecer el sistema de incentivos a la industria solar eliminados por Trump. En el ámbito internacional Biden ratifico la creación Enviado Estadounidense por el Clima. Será encabezada por John Kerry, ex candidato presidencial demócrata en 2004 y ex Secretario de Estado, Kerry fue también quien en 2014 firmo el Acuerdo de París,  tendrá la misión de lograr coordinar una política medioambiental conjunta con otras naciones reconociendo las realidades que tiene cada país convirtiéndose en una especie de canciller por el medio ambiente. Otra orden ejecutiva polémica ha sido la suspensión de la construcción del Oleoducto Keystone, un oleoducto con el objetivo de transportar gas de Canadá a los Estados Unidos con la controversia de pasar por encima de reservas de nativos americanos y de búfalos norteamericanos, actualmente en extinción. Paradójicamente este oleoducto comenzó a ser construido en 2015 en el final de la gestión de Obama. Sin embargo, siguen existiendo preocupaciones respecto a lo que suceda con los trabajadores de estas áreas, por esta razón la AFL-CIO esta planteando la creación de un ingreso universal reforzado con programas de entrenamiento específicos. Por otra parte, varios economistas han advertido que estas acciones influirán sobre el bolsillo de los consumidores a través de una gran suba en las tarifas de energía.

Esta claro que la política ambiental pasa a ser uno de los principales focos para la administración Biden. El desafío será remendar la imagen negativa que ha logrado Estados Unidos en este tema; lograr convencer a la población, sobre todo de aquellos estados donde la energía fósil es vital que el cambio climático es una amenaza real y poder ser firmes ante las presiones de sectores políticos y mediáticos conservadores y los lobbies petroleros.


Referencias:

1) Dwyer, Colin (28 de abril, 2017) The sweeping American landscapes under review by Trump. NPR: https://www.npr.org/sections/thetwo-way/2017/04/28/525883061/photos-see-the-sweeping-american-landscapes-under-review-by-trump

2) Friedman, Lisa. (9 de junio, 2018) Trump Administration revives hunting techniques in Alaska. New York Times : https://www.nytimes.com/2020/06/09/climate/trump-bear-hunting.html

3) Cillizza, Chris. (27 de agosto, 2019) Donald Trump’s story on skipping the G7 Climate Meeting makes no sense. CNN : https://edition.cnn.com/2019/08/26/politics/donald-trump-g7-climate-change/index.html

4) Smith, Anna V. (6 de noviembre, 2020) How Indigenous voters swung the 2020 election. High Country News: https://www.hcn.org/articles/indigenous-affairs-how-indigenous-voters-swung-the-2020-election

Diarios Argentinos