Endeudamiento récord: ¿cómo impacta en la vida cotidiana?

En el Presupuesto 2018, el dinero destinado a pagar la deuda externa sigue creciendo y llega al 10,2% del total. Cinco veces más que el presupuesto total de Salud y un 70% más que el de Educación.

En medio del creciente endeudamiento, que el Gobierno nacional justifica por la existencia de un alto déficit fiscal, el Presupuesto 2018 destina más recursos al pago de esa deuda que a rubros como Salud y Educación.

En el Presupuesto 2018, el dinero destinado a los servicios de pago de deuda externa es más alto que años anteriores y clarifica el costo real -el impacto- del proceso de endeudamiento en las cuentas nacionales.

Solo para el año que viene, el mismo asciende a $285.000 millones y representa el 10,2% del total del presupuesto anual. Se traduce en un peso presupuestario 2,5 puntos por arriba que el último ejecutado por Cristina Kirchner.  

El aumento interanual de Servicios de la Deuda es de $62.754 millones, un 28,2% más que lo que se le asignó para el 2017. Cabe destacar que es el ítem con más crecimiento relativo dentro del presupuesto respecto del año pasado.

Estos números evidencian que para el pago de la deuda externa se estipula cinco veces más recursos que el presupuesto total de Salud y un 70% más que el destinado a Educación.

En este sentido los recursos de salud tienen un aumento relativo de solamente 14,2% y  suman $56.486 millones para todo el año. Esto es 1,5 puntos por debajo de la inflación estipulada por el propio Ministerio de  Hacienda para el año entrante.

Otro sector de importancia, el de educación, tendrá un aumento de 21,9% en sus recursos presupuestarios y acumulan $163.168 millones para el 2018. A pesar de estar por encima de la pauta inflacionaria crecen casi 7 puntos por debajo que los servicios de la deuda.

Otras dos aéreas claves que verán una disminución efectiva en su presupuesto e impactarán de lleno en el bolsillo de los ciudadanos son Energía y Transporte.

La quita de subsidios a la Energía reduce en casi un 20% el presupuesto asignado al ministerio de Juan José Aranguren, y la quita a la tarifa de transporte reduce un 6,3% los recursos del ministerio de Guillermo Dietrich.

Como consecuencia directa de tal reducción, desde la cartera de Energía confirmaron que a partir de noviembre correrá un nuevo aumento en las tarifas de los servicios públicos. De esta manera, se produce una masiva transferencia de recursos hacia el pago de los servicios de la deuda pública, que se financiará con la quita de subsidios y el aumento de tarifas a los usuarios.

Para tapar el “bache fiscal”, durante el 2018 se mantendrá el circulo de endeudamiento: sumado al recorte de subsidios, la “ley de leyes” estipula una necesidad de financiamiento cercana a los USD 30.000 millones, USD 20.000 millones para afrontar el déficit fiscal y USD 10.000 millones para el pago de intereses de la propia deuda.

Presupuesto 2015: contraposición de modelos

El último presupuesto ejecutado por el kirchnerismo fue el del año 2015, proyecto aprobado hacia fines del 2014. En este sentido vale la comparación para rastrear las diferencias fundamentales entre el “modelo K” y el “modelo M” de priorización en la asignación de recursos.

Respecto del endeudamiento la masa de recursos asignada al servicio de la deuda pública en el 2015 fue del 7,7% del total de gasto del año e insumió en total $96.272 millones. En relación con carteras clave el pago de la deuda representaba poco menos de cuatro veces el presupuesto total de Salud y un 58% más que el de Educación.

La priorización de la asignación presupuestaria en el último presupuesto del kirchnerismo estuvo enfocada en la política de empleo y seguridad social. Con un aumento de 29,9% interanual en sus recursos llevó el peso de la cartera de Trabajo de 32,3% en 2014 a 36,5% en 2015.

A grandes rasgos en el último modelo presupuestario “K” hubo un mantenimiento de los pesos respecto de 2014. De esto se derivó una continuidad en la política de subsidios a los servicios públicos con bajo endeudamiento pero con alta inflación y déficit fiscal por sobre el 4% del PBI.

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