Kelpers: de la simpatía al desencanto con el gobierno británico

Las Islas Malvinas, junto a otros territorios de ultramar, quedaron por fuera de la negociación lo que generó una gran frustración en los habitantes de las islas usurpadas en 1833.


Consumado uno de los divorcios más complejos de la historia contemporánea las consecuencias tras la firma del acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea no tardaron en aparecer. Las Islas Malvinas, junto a otros territorios de ultramar, quedaron por fuera de la negociación lo que generó una gran frustración en los habitantes de las islas usurpadas en 1833.


El Brexit: fin de un largo y complicado matrimonio


La falta de voluntad del Reino Unido en impulsar la profundización del proceso de integración europeo quedó plasmada el 23 de junio de 2016 cuando los británicos fueron consultados acerca de su membresía en la Unión Europea. Por un lado, el motivo del referéndum fue el ascenso del “euroescepticismo”, entendido como un rechazo al proceso de integración europeo. Por el otro, la causa que concretó este hecho fue la promesa de David Cameron, en ese entonces primer ministro, quien sostuvo que si los conservadores ganaban la elección general él mismo convocaría a un referéndum con la opción de elegir a favor o en contra de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea… y así fue. Finalmente, triunfó el “leave”, es decir, los ciudadanos del Reino Unido votaron a favor de abandonar la Unión Europea con una diferencia de más de un millón de votos. El resultado oficial del referéndum fue: 51,9 % de los votos (17.410.742) a favor de abandonar la Unión Europea, 48,1% para permanecer (16.141.241).

Luego de la consulta popular y su controvertido resultado con todas la consecuencias que trajo consigo han seguido cuatro años de arduas y complejas negociaciones ya que abandonar un proceso de integración requiere de puntillosos proyectos que abarquen numerosas temáticas como así también de políticos que sepan liderar, consensuar y llevar a cabo las acciones necesarias para afrontar este desafío tratando de evitar grandes costos. Tres han sido los primeros ministros que han liderado ese proceso, vale destacar que son todos pertenecientes al ala conservadora. El primero fue David Cameron, quien hizo poco y nada tras el referéndum ya que renunció días después de la victoria del “leave” al haber hecho pública su opinión a favor de permanecer en la Unión Europea, por lo tanto, no se consideraba capaz de comandar ese barco en el mar peligroso y turbulento en donde él mismo sumergió a su propio país. Por lo tanto, fue sucedido por Theresa May, primera ministra mujer luego de Margaret Thatcher, quién también renunció luego de tres años al poder tras haber formulado numerosos y extensos proyectos rebotados por las continuas negativas del Parlamento. Por último, el actual primer ministro, Boris Johnson, quien a diferencia de los anteriores perteneció a la campaña del “vote leave” en su momento y en el año 2020 ha consumado la salida oficial del Reino Unido de la Unión Europa a fines de enero y ha firmado un importante acuerdo “post-Brexit” con la Unión Europea en vísperas de finalizar el año.


El acuerdo tras el divorcio


Finalmente, tras varias negociaciones y un “no deal” que se asomaba peligrosamente, la navidad pasada Boris Johnson llegó a un acuerdo con los 27 (veintisiete). Muchos analistas, con los cuales concuerdo, consideran este pacto como un “mal menor” ya que caer en un no acuerdo hubiese sido catastrófico para ambas partes.

Se pudieron trazar acuerdos en distintas temáticas como comercio, movilidad, profesiones, garantías y competencias, entre otras. Con respecto a la materia comercial, prioritaria para el Reino Unido, si bien ambos mercados dejarán de tener la condición de intracomunitaria entre sí, tendrán acceso el uno al otro evitando la aplicación de aranceles lo que es una muy buena noticia para ambas partes ya que son principales socios comerciales.

A pesar de considerar el acuerdo como un “mal menor”, para algunos, como los kelpers, lo acordado entre el Reino Unido y la Unión Europea representa un enorme retroceso comercial. ¿Por qué?  Porque tanto las Islas Malvinas como otros territorios de ultramar quedaron fuera del ámbito territorial donde se aplica el acuerdo, así lo sostiene el apartado número 7 “Disposiciones finales”.

¿Qué implicancias tiene para Malvinas quedar fuera del acuerdo? Las consecuencias se pueden observar más que nada en el ámbito comercial, a partir de ahora la isla deberá pagar aranceles como cualquier tercero sin preferencias ante la Unión Europea. Los sectores que se ven principalmente afectados son la pesca con un arancel entre el 6% y el 18% y la carne con un arancel promedio del 42%.


El enojo y frustración de los kelpers


La respuesta de los kelpers no tardó en llegar y se materializó en el periódico Penguin News en un duro artículo de opinión donde ya el título deja en evidencia la decepción y frustración con el acuerdo.

Hay ciertas opiniones del artículo que son destacables ya que demuestran el enojo con Boris Johnson debido a que no logró negociar en nombre de las islas a pesar de las numerosas gestiones que estas han realizado y la negativa, de parte de estas últimas, a aceptar el mencionado acuerdo, totalmente desfavorable para su economía: “Como territorio de ultramar, nunca estuvimos en posición de negociar directamente en nuestro nombre… Desafortunadamente, a pesar de nuestros mejores y sostenidos esfuerzos, el gobierno del Reino Unido no pudo asegurar un acuerdo en nuestro nombre” “No nos rendiremos. No aceptamos que los aranceles sobre nuestras exportaciones a la UE sean el nuevo status quo.”

La realidad demuestra que la no inclusión de los territorios de ultramar, varios en disputa por su soberanía, fue una de las concesiones que debió realizar el gobierno británico y los kelpers no tuvieron el suficiente apoyo político para lograr revertir esa situación.


¿Un guiño para Argentina?


La no inclusión de las Islas Malvinas dentro del acuerdo fue un pedido formal por parte de la Cancillería argentina. Una vez consumado el acuerdo se celebró dicha decisión de manera pública tanto por parte del Secretario de Malvinas en Cancillería, Daniel Filmus y del mismo Canciller, Felipe Solá.

Sin dudas esta es una gran oportunidad para nuestro país, el cual en este mes ya sacó dos comunicados oficiales en relación a Malvinas: reafirmando los derechos de soberanía tras 188 años de usurpación y expresando el rechazo a los actuales ejercicios militares británicos en las islas.

 Para finalizar, coincido con el periodista Augusto Taglioni en que este es el momento idóneo para que Argentina refuerce aún más el reclamo de la soberanía de las islas, principalmente en los organismos internacionales pero por sobre todo con la Unión Europea que ya no se encuentra comprometida formalmente a alinearse a la posición británica.

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