La escuela y el desafío de la Diversidad

OPINIÓN. Desde hace un tiempo, algunos establecimientos educativos comenzaron a concebir sus propuestas pedagógicas teniendo en cuenta la diversidad y las inteligencias múltiples, pero otros siguen aplicando teorías más conservadoras y varias propuestas bajadas desde el Ministerio de Educación quedan obsoletas. ¿Qué implica educar desde la diversidad? ¿Cuál es el rol que deben cumplir los educadores y padres en esta nueva forma de enseñanza?


 Lo “NORMAL”

Normal. Esa palabra tan usada y tan odiosa cuando no entramos en ella. ¿Qué es lo “normal”? Decimos que queremos destacarnos, ser únicos, ser originales, pero siempre dentro de los parámetros que establece este concepto. Y en torno a esta idea que fuimos construyendo y afianzando a lo largo de nuestra vida es que esperamos que nuestros hijos/as se comporten y que encajen. En el sistema educativo sucede lo mismo: se esperan determinadas respuestas a determinados estímulos y cuando alguien reacciona de una forma no esperada ¿qué hacemos? Lo señalamos. El que se porta mal, el que no se adapta, el distinto, el del problema. Los compañeros se asombran; los docentes le llaman la atención; el niño se frustra, se siente sapo de otro pozo; los padres se angustian.

Los chicos no discriminan, repiten e interpretan a su manera las bajadas de línea de los adultos. Si explicamos claramente por qué esa persona es diferente a ellos, por qué se comporta de una manera que puede resultar extraña o poco frecuente, vamos a colaborar a que lo entiendan desde el respeto y la naturalidad. A veces los adultos damos más explicaciones de las que nenes necesitan y pueden entender. Para ellos las cosas suelen ser más sencillas de lo que creemos.

Frecuentemente lo que hacemos o mostramos como adultos es tan fuerte y contradice  totalmente el discurso que intentamos transmitirle a nuestros hijos/as. Dar respuestas cortas, claras y sinceras es una mejor solución  para resolver algunas inquietudes de los chicos, con la que los grandes nos ponemos nerviosos.

Sucede muchas veces en el aula que el/la docente da una consigna al grupo, que no siempre todos pueden cumplir al pie de la letra. Por ejemplo cuando se les pide que hagan un dibujo y la seño brinda algunas indicaciones, como que no rompan los materiales, que los cuiden, los orden al finalizar etc. Puede suceder que alguno de los estudiantes no logre cumplir con estas premisas y sea visto como una transgresión a los ojos de sus pares. Los nenes en edad de educación inicial y primaria no poseen las herramientas verbales para identificar los matices y suelen poner  estas cuestiones en términos como buenos y malos. El que se porta bien o mal. “Pedrito es malo porque rompió el crayón” o “Juanita se porta mal porque no se sienta a escuchar el cuento”. El desafío del adulto que esté evidenciando esta situación es prestar palabras y ayudar a entender la diversidad como parte de la cotidianidad.

Al mismo tiempo, existen prácticas en la educación que son difíciles de desterrar como sentarse chinito, ordenarse en la fila de menor a mayor, separar nenas por allá, varones por acá. Todas estas normas, que carecen de sentido pedagógico y social, se perpetúan y su único aporte es dejar en evidencia al que no quiere o no puede seguir con esas conductas arbitrarias y sostener estereotipos.

No debemos confundir estas prácticas vacías con aquellas rutinas y hábitos que se trabajan permanentemente con los niños durante la escolarización, como escuchar al compañero, esperar el turno, lavarse las manos, disponerse y organizarse para hacer ciertas tareas. Todo esto sí suma a los contenidos enriquecedores para el desarrollo del individuo en todos sus ámbitos.


Aulas heterogéneas vs. Educación tradicional

La escuela tradicional es una construcción que tiene origen en el siglo XIX. Su función y principal objetivo por aquel entonces era integrar a la “cultura nacional” a poblaciones que llegaban a las ciudades, provenientes de zonas rurales o de diferentes países. Por este motivo, se creía necesario crear un sentimiento de pertenencia a partir de símbolos comunes, que unificaran la diversidad de orígenes.  Por ejemplo el uso guardapolvo es el símbolo de la homogeneización para no evidenciar las diferencias socioculturales entre los estudiantes. Sin embargo, hoy la realidad es otra. Las necesidades han cambiado y el lugar desde el cual nos paramos y concebimos a la educación y a la sociedad en general es otro y por eso no deberíamos tender a la homogeneización sino a nutrirnos y valorar la diversidad.

La educación inclusiva, propone tener en cuenta a todas las expresiones de la diversidad, tal cual como se manifiesta en la sociedad en general, pero en el aula. Esto incluye a la diversidad cultural, de género, socioeconómica, orientación sexual y la diversidad de capacidades. Esta última no implica hablar necesariamente de discapacidad, sino entender lo que se denominan las inteligencias múltiples.

La Teoría de Inteligencias Múltiples, desarrollada por Howard Gardner en 1983, es una teoría que viene a romper con la idea de que la inteligencia es un conjunto unitario de capacidades específicas, sino que la considera como una expresión plural. Esto no sólo destierra estas ideas de que mediante una prueba estándar se puede medir la inteligencia de una persona, sino que propone explorar todo un nuevo ámbito en cuanto al aprendizaje, partiendo de la concepción de que las personas poseen distintas capacidades y esto marcará , según el tipo de inteligencia que predomine en cada uno, la forma en la que las personas aprenden y se vinculan con el entorno.

Gardner, clasifica ocho tipos de inteligencias y cada una representa una manera de conocer el mundo. Esto representó un cambio importantísimo en el ámbito pedagógico, un fuerte cuestionamiento a la educación tradicional y al mismo tiempo un desafío para los docentes. Porque si la inteligencia no puede ser considerada como algo universal, que siempre se da de la misma manera, sino que cada persona tiene su forma de aprender y de vincularse con esos conocimiento, los procesos de aprendizaje y su sistema de evaluación deben, en consecuencia, tener en cuenta aspectos como la diversidad, las capacidades individuales, el entorno y el contexto cultural. Incorporar este postulado, es tener en cuenta la diversidad y el primer paso para lograr la IGUALDAD, pero no desde una manera homogeneizadora, sino desde el respeto por las diferencias.    


Ventajas de educar y educarse en un ambiente diverso

La diferencia enriquece a todos. La educación inclusiva supone un modelo que pretende atender a las necesidades de todos los alumnos, especialmente aquellos casos en los que puede existir un riesgo de exclusión social. No se trata solo de prestar atención exclusivamente a personas con discapacidad sino a todos por igual, teniendo en cuenta las particularidades de cada uno.

como afirmamos anteriormente, esto es un desafío para las/los docentes, ya que se deben pensar propuestas para incorporar los contenidos, según las particularidades de cada grupo de alumnos. Es recomendable incorporar propuestas y proyectos en los cuales los/las niños/as puedan elegir y desarrollar diferentes actividades teniendo en cuenta sus fortalezas, habilidades y particularidades. No dejar a nadie invisible o relegado dando a todos y todas el espacio, la palabra y el tiempo para que puedan desarrollar. También, desarrollar las propuestas desde esta perspectiva ayuda a no dejar a nadie expuesto que no pueda desarrollar una consigna determinada.

Una herramienta útil y enriquecedora es la multitarea en donde se les propone a los alumnos distintas opciones que los chicos pueden llevar a cabo. Por Ejemplo si la docente propone la realización de un libro de bichos, se pueden proponer diferentes roles y responsabilidades para que cada chico seleccione con cuál se siente más cómodo: investigación, realización de dibujos, escrituras, etc. Estas propuestas benefician el trabajo en equipo, ponerse de acuerdo, generar consenso sobre qué se va a poner, sumado a que cada uno elige trabajar con aquello que se siente confiado y entusiasmado.

Educar teniendo en cuenta a la diversidad, no sólo ayuda a quien no se adapta a una educación conservadora, sino que desafía a todos a pensar “fuera de la Caja”, a afrontar nuevos desafíos y nutrirnos de los distintos tipos de inteligencias. La diversidad, nos ayuda a explorar nuevos caminos y descubrir cosas que de otra forma, ni las sospecharíamos. Educar y educarse en un ambiente diverso favorece al respeto y a la empatía. Suma al autoestima de TODOS  y TODAS y sienta las bases para un futuro de igualdad. 


Sobre las autoras: 

María Victoria Pucci

Licenciada en Comunicación Social

Docente Universitaria

IG y TW: @vickypucci

María Eugenia Carrasco Quintana

Docente Nivel del Inicial

Diarios Argentinos