La hidalguía en la derrota es la única forma de sostener la democracia
La realidad se volvió una paradoja oscura, una vez más. Javier Milei se convirtió en presidente electo justo en el año que la Argentina celebra cuatro décadas de democracia. Una sociedad golpeada eligió y más de un genocida volvió a sonreír.
"No, las masas no fueron engañadas, ellas desearon el fascismo en determinado momento, en determinadas circunstancias, y esto es lo que precisa explicación, esta perversión del deseo gregario".
Gilles Deleuze y Féliz Guattari.
"Se viene el estallido", suena cómo una ironía del destino el tema de la Bersuit que fue compuesto contra quienes ahora lo usan como bandera. Pasadas las 22 horas del domingo 19 de noviembre de 2023, Javier Milei da su segundo discurso de la noche como presidente electo. Sonrié victorioso, y a su lado sonrié la flamante vicepresidenta Victoria Villarruel. La realidad se volvió una paradoja oscura, una vez más. El candidato libertario ganó por amplio margen el balotaje justo en el año que la Argentina celebra cuatro décadas de democracia. Una sociedad golpeada eligió y, en las sombras, más de un genocida se fue a dormir contento.
Las urnas dieron un claro mensaje. El oficialismo sufrió una derrota contundente, que aturde sin lugar a dudas al campo nacional y popular. Sergio Massa reconoció una derrota que desde muy temprano se supo, porque la Libertad Avanza ganó a lo largo y a lo ancho del país. La diferencia fue por más de 11 puntos. No fueron suficientes los admirables esfuerzos de campaña del candidato de Unión por la Patria. El resultado se explica por varios factores: una experiencia del Frente de Todos que naufragó en un internismo inconducente y un contexto heredado imposible de soslayar: FMI, pandemia, sequía y guerra. Todo ese combo fatal desembocó en una inflación incontenible y en un consecuente aumento de la pobreza, entre otras cosas. Frente a este panorama, el milagro no fue posible.
Lo perturbador de la elección de la mayoría es quién estaba del otro lado y ahora fue legitimado para conducir el país: un candidato que en nombre de la libertad puso sobre la mesa un discurso público y una plataforma de campaña que van desde la eliminación del Banco Central hasta la promoción de la venta de órganos y la portación libre de armas, la privatización de la educación y la salud, el recorte de las jubilaciones y una dolarización sin dólares. Todo eso que desde la fuerzas libertarias trataron de disfrazar como "campaña del miedo" fue enunciado sin pudor alguno por sus referentes.
"No hay lugar para gradualismo ni para tibieza", sentenció Milei y se dirigió a los "argentinos de bien". ¿Quiénes son los argentinos de bien? Y para colmo de males el mandatrio electo no está sólo. Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Victoria Villarruel ensombrecen aún más su figura. Después de la derrota de octubre, el economista fue auxiliado por el ala más radical del PRO. La jugada que causó una tormenta de grandes dimensiones en Juntos por el Cambio terminó dandolé excelente resultados. La Libertad Avanza captó casi la totalidad de los votos del espacio amigo. Ese fue un fundamento inexorable que los deposita en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre. Hubo quienes también desde su aparente neutralidad fueron muy funcionales (leasé gran parte del radicalismo, el peronismo cordobés y un sector de la izquierda).
Por el lado del peronismo, y para quien hoy nos sentimos abrumados por la derrota, habrá un tiempo (corto) para metabolizar el impacto, recobrar fuerzas y emprender un reordenamiento que nos posicione nuevamente en el sendero de la resistencia y la reconstrucción de un movimiento que promueva la justicia social. Que nuestra dignidad no nos permita claudicar. Por más democracia, siempre, que esa siga siendo nuestra bandera innegociable.
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