La Scenes from a Marriage del Mercosur: ¿hay solución a la crisis?

OPINIÓN. ¿Es posible acaso negar que estamos ante una extraña versión de escenas de la vida conyugal? Hacer este paralelismo podría simplificar el asunto, o al menos lo dota de un humanismo que ayudaría a comprender qué sucede exactamente.


Es bastante poco novedoso comenzar diciendo que el Mercosur es la continua víctima de un matrimonio consumido por una crisis, una de esas que para quienes lo ven sin analizar todas las variables, la única solución posible sería un divorcio. Lo cierto es que, aun cuando haya una férrea convicción de que hay que separarse, es improbable que de un día para el otro pueda deshacerse de todo aquello que llevó tantos años construir. ¿Es posible acaso negar que estamos ante una extraña versión de escenas de la vida conyugal? Hacer este paralelismo podría simplificar el asunto, o al menos lo dota de un humanismo que ayudaría a comprender qué sucede exactamente (y recién luego de haberse contestado eso, los involucrados podrían pasar a preguntarse qué solución tiene).

Los últimos golpes de crisis de la región no hacen más que dar fe de que a los países se les está olvidando salvaguardar la integración. Mejor dicho, parece ser que, si no cumple con determinadas expectativas en términos de rédito económico, directamente pasa a ser material descartable y el libre comercio con los de afuera es una seductora opción incapaz de dejar pasar. Los avances de Uruguay en términos de inserción internacional en solitario aumentan a pasos agigantados los cuestionamientos respecto hacia qué rumbo debería tomar el bloque sub-regional, pero todas esas voces en off pecan de mirar el vaso medio vacío. Al Mercosur se le terminaron las discusiones que acababan en meras advertencias, principalmente porque ahora se involucró un tercero que no quiere oficiar de terapeuta en el matrimonio, sino que más bien se beneficiaría de un quiebre unilateral.

Comentemos el final del asunto: el Presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, en conferencia de prensa el pasado martes 7 de setiembre, informó que su gobierno había recibido una oferta formal de China para iniciar un análisis de prefactibilidad que permitirá (o no, porque el futuro es incierto) avanzar hacia la negociación de un Tratado de Libre Comercio. Para el mandatario uruguayo, esto parece ser un provechoso mérito de su estrategia de diplomacia presidencial que, en cierta forma, también elevaría la credibilidad de su hombre de confianza en este asunto. Un poco se subestima el accionar de la dupla de Lacalle Pou y Bustillo, cuando en realidad son pocos los países que cuentan con un Canciller que goza de soltura en tres aspectos: es hijo de la diplomacia, cuenta con gran respaldo de su Jefe de Estado y tiene un estrecho vínculo personal con el mandatario que más lo contraría.

¿Acaso esto último no podría jugar en favor del matrimonio? Podría, no necesariamente debería. Principalmente porque para salir de una crisis se necesita que todas las partes busquen una solución común, y Uruguay se está aburriendo de pedir un consenso. Lacalle Pou sostiene que las conversaciones con China comenzaron siendo bilaterales, pero que su aspiración real sería que se dieran en el marco del Mercosur. Hoy en día eso suena a mentira piadosa. Súmese que, ante los ojos de una álgida opinión pública uruguaya que vocifera por irse del Mercosur, el accionar unilateral del país se celebra como un espectacular triunfo y una demostración de poder en la región. En el acierto o el apuro, más que en el error, Lacalle Pou está tensando bastante la cuerda sin saber cuánta resistencia tiene, ni qué pasaría si se termina rompiendo.

Al igual que sucede en la película Marriage Story (Baumbach, 2019), el bloque es ese hijo puesto como motivo principal porque los padres dicen estarse peleando, pero cuyo bienestar real jamás parece vislumbrarse. El tire y afloje que sucede entre los padres por el hijo en la cinta de Baumbach es una metáfora ideal para describir al bloque, donde al final del día los mandatarios solo parecen intentar salvar su pellejo, más que realmente aspirar a sostener aquello que lleva más de 30 años más o menos unido. Es que lo más preocupante de todo ya no es la imposibilidad de establecer una mesa de diálogo para abordar la cuestión de la Decisión 32/00, sino que está fallando el poder entenderse a cualquier nivel. A los miembros se les está olvidando que el bloque es un proyecto político de democracia, y en un mundo donde el autoritarismo continúa haciendo estragos, esta premisa tendría que ser una máxima a defender a capa y espada.

Es cierto que el movimiento de Lacalle Pou no es precisamente obra de su gestión, sino más bien el resultado acumulado de varios intentos que vienen de gobiernos de distintos signos. Uruguay ha dado aviso de que esto podría acabar sucediendo, no una ni dos veces, sino que en múltiples ocasiones. Pero el hecho de que el pequeño país insista tanto con discutir la flexibilización no hace más que advertir algo que los demás no quieren ver: que ningún logro político es suficiente como para hacer frente a los pobres resultados a nivel económico comercial. Y quizás lo más alarmante de todo esto, es que en medio de una crisis sanitaria sin igual a nivel mundial, los miembros del Mercosur no han podido aprovechar para afianzar sus lazos de cooperación; sino que más bien han dado tibias muestras de ayuda que apenas cumplen con los propósitos de los propios textos que los vinculan.

Dice al final del Preámbulo del Tratado de Asunción, que los Estados Partes reafirman: “su voluntad política de dejar establecidas las bases para una unión cada vez más estrecha entre sus pueblos.” No obstante, la pandemia de COVID-19 está dejando bien claro que cuando los proyectos económicos no dan los resultados esperados, más que sentarse a la mesa a discutir qué es lo que no funciona, todos huyen de la negociación tal como Leonardo DiCaprio de Tom Hanks en el poster de “Catch me if you can”.

Para Brasil y Paraguay, lo de Uruguay es apenas un aviso, miran con escepticismo sus movimientos, y tienen la extraña tranquilidad de que su socio todavía está a tiempo de redimirse, como si fuera un berrinche pasajero que no va a llegar a ningún lado. A diferencia de ello, a Argentina le molesta y con razón, porque para la relación del bloque como proceso, al menos el que quiere suponer que es al día de hoy, es dañino. El verdadero error que aquí están cometiendo, es el de subestimar las decisiones de Uruguay, vislumbrando que sigue pareciéndoles algo pequeño y negándose a escucharlo. Sin embargo, Uruguay hoy en día está siendo el verdadero 50% del matrimonio, siendo respaldado por una China que no precisa medición de impacto para saber de qué manera juega en ese mercado. ¿Por qué hay tanta tibieza a hacer determinados comentarios dentro del bloque? Acá no se "rompió el amor de tanto usarlo", sino más bien de no conversarlo."

Retomando la idea del matrimonio en crisis, y dada un poco la moda de ilustrar y rememorar este tipo de relaciones en la ficción, en la versión original de Scenes from a Marriage (Bergman, 1974), la esposa dice que su más grande condena es haberse privado de crear un vínculo según sus propios términos. Por más bizarra y subjetiva que esa metáfora suene, no debería ser tan difícil trasladarla a la realidad del Mercosur. La crisis que se vive es un hecho que ni siquiera aquellos que bregan por la bandera de la integración deberían ser capaces de ignorar. Si realmente se aspira a devolverle la unidad a esta suerte de matrimonio, la misma solo será posible asumiendo las diferencias, aun cuando eso signifique reconocer que muchos objetivos iniciales son poco factibles de alcanzar. La crisis puede ser una oportunidad, siempre y cuando los problemas se asuman de frente. Es difícil, y bastante poco lógico, dar por sentada una solución que actúe cual fórmula mágica si continúa fallando el canal más básico: el de la comunicación. Allí no hay Bergman ni Baumbach que sean capaces de escribir un guion que nos salve…


Sobre la autora

Valentina Starcovich es Licenciada en Relaciones Internacionales y Aspirante a Profesora Adscripta de Comercio Exterior, Universidad de la República, Uruguay. Integrante del Espacio de Relaciones Internacionales e Interdisciplina. @VStarcovich

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