LATAM y la crisis del sector aerocomercial

Uno de los sectores más afectados por la pandemia de la COVID-19 fue la industria aérea. Las pérdidas para este año se estiman en torno a los 84.3 mil millones de dólares. Además, ¿qué pasó con LATAM?


La pandemia de la COVD-19 generó una crisis sanitaria sin precedentes en la historia contemporánea y, con ello, la economía mundial crujió. Uno de los sectores más afectados en este contexto es la industria aerocomercial. Al respecto, la primera señal contundente en Argentina es el anuncio de la salida de LATAM ¿cuáles son los motivos del cese de sus operaciones en el país y cuáles son las perspectivas de la industria aérea?

El director General y CEO de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, en un informe reciente aseguró: “Financieramente, 2020 será el peor año en la historia de la aviación”. Conforme a las perspectivas de esta organización, las aerolíneas tendrán pérdidas por 84.3 mil millones de dólares este año.


¿Qué pasó con LATAM en Argentina?

LATAM Airlines anunció este miércoles, de manera sorpresiva o no tanto para algunos, el cese de sus operaciones en el país. A través de un comunicado informó que no realizará transporte de pasajeros ni de carga “por tiempo indeterminado”.

“El impacto que han tenido en LATAM Airlines Argentina la pandemia COVID-19 y la dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual contribuye a configurar un escenario en extremo complejo, en el que no están dadas las condiciones para viabilizar y sostener a largo plazo las operaciones de la filial”, sostuvo la empresa.

LATAM presentó este jueves ante el Ministerio de Trabajo la solicitud para acceder al procedimiento preventivo de crisis (PPC), un medio alternativo al concurso preventivo y la quiebra, en el que negocia la empresa y el gremio con el Estado como mediador. En LATAM hay 1778 puestos de trabajo en juego. La Ley 24.013 exige que previo a la comunicación de despidos o suspensiones por causa de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, que afecten a más del 15% de los trabajadores en empresas de menos de 400 trabajadores, a más del 10% en empresas de 400 a 1000 trabajadores, y a más del 5% en empresas de más 1000 trabajadores, se deberá sustanciar el procedimiento preventivo de crisis de empresas.

Tal como lo resaltó este viernes en un comunicado la Confederación General del Trabajo, en Argentina rige el DNU 487/2020 - la prórroga del DNU 329/2020 - que dispuso la prohibición por 60 días (a partir del 29 de mayo) de despedir trabajadores sin justa causa o bajo la causal de fuerza mayor. A su vez, rige el DNU 528/2020 que extendió hasta fin de año la doble indemnización en caso de despido sin justa causa.

La empresa por su parte es probable que funde su solicitud en el art. 247 de la Ley de Contrato de Trabajo que habilita a que ante la falta de trabajo se pague la mitad de la indemnización correspondiente. Esa sería la consecuencia si el Gobierno le concediese a la firma el PPC. Es de esperarse una ardua negociación.

La crisis que generó la COVID-19 sin dudas impactó en la empresa LATAM, como lo hizo en todas las aerolíneas del mundo, aunque más bien sería la gota que rebasó el vaso. En la solicitud del PPC la firma hizo referencia al escenario que generó la pandemia, pero también apuntó especialmente contra los gremios aeronáuticos y justificó su decisión en la acumulación de pérdidas de los últimos años, esto como consecuencia, según consideraron, de la devaluación del peso, la inflación y la desregulación del negocio aéreo. El último año que LATAM tuvo ganancias en el país fue 2015.


Un sector en crisis ¿terminal?

La declaración de la pandemia fue acompañada por la mayoría de los países con medidas de cierre de fronteras y cuarentena, por lo cual se suspendió un gran porcentaje de los vuelos internacionales y de cabotaje. Solo quedaron autorizados los vuelos destinados a operaciones especiales como transporte de mercancías y de pasajeros repatriados.

“Financieramente, 2020 será el peor año en la historia de la aviación', dijo el director general de IATA. En cuanto a las expectativas para lo que viene, la Organización prevé que los ingresos caerán un 50% con respecto a 2019. De $838 mil millones se reducirá a $419 mil millones. Mientras que en 2021 se estima que las pérdidas se reduzcan a $15.8 mil millones a medida que los ingresos aumenten a $598 mil millones.

¿Cuáles son alguna de las preocupaciones y perspectivas del sector?

Baja en la demanda: la demanda de pasajeros se redujo drásticamente desde el inicio de la pandemia. Según IATA se espera que los niveles de tráfico para 2020 disminuyan en un 54,7% en comparación con 2019 y que el número total de pasajeros se recupere en 2021 a 3.38 mil millones (aproximadamente los niveles de 2014 cuando había 3.33 mil millones de viajeros). A la vez, el pronóstico es que habrá una recuperación más rápida en el mercado de viajeros por ocio que en el de los viajeros de negocios o por cuestiones laborales, donde el teletrabajo como herramienta para suplir las reuniones presenciales se consolidó en este período de pandemia.

El sector aéreo tenderá a concentrarse: no todas las aerolíneas tienen la espalda para soportar los embates de esta crisis, así que las perspectivas son de un mercado más pequeño y concentrado. Se descuenta que habrá aerolíneas que desaparecerán o fusionarán. Desde IATA solicitan ayuda estatal pero a la vez, según información recabada por The Conversation, los directivos de las aerolíneas se muestran preocupados por las diferencias en las ayudas públicas estatales y la falta de una visión común, lo que puede acarrear distorsiones en la competencia. Las más perjudicadas serían, en principio, las aerolíneas de red ya que la recuperación de los mercados internacionales será más lenta.

Los costos: la industria aerocomercial conlleva costos elevadísimos de mantenimiento. Las que logren quedar en pie deberán destinar una importante inversión a la puesta a punto para retomar la actividad. Hay que tener en cuenta que esta industria, por sus particularidades, no está preparada para una pausa, tal es así que uno de los problemas que se suscitó por ejemplo fue dónde estacionar los aviones que en condiciones normales estarían en el aire. A esto hay que sumarle que el mantenerlos en tierra incide en su desgaste, en vuelo no hay corrosión. Por otro lado, los distintos costos y tiempo que implicarán las nuevas medidas de regulación sanitaria se traduce en menor eficiencia.

El punto a favor para la industria respecto a los costos es el baja en el precio del petróleo. Conforme a IATA, en 2019 el combustible para aviones promedió $77 por barril, mientras que el pronóstico promedio para 2020 es de $36.8. Se prevé que el combustible represente el 15% de los costos generales (en comparación con el 23.7% en 2019).

Los precios de los ticket: no hay unanimidad en relación a lo que sucederá con los precios. Algunos aseguran que los mayores costos de la recuperación se traducirán en aumento del precio de los tickets. Otros en sentido inverso consideran que el exceso de oferta podría reducir los precios de los billetes.

Nuevas regulaciones: se estima que las exigencias de nuevos controles, por lo menos hasta que se desarrolle la vacuna contra la COVID-19, serán estrictos fundamentalmente en los aeropuertos. Estas medidas conllevan un costo, tiempo, y además repercuten en cuanto a la capacidad operativa de las aeronaves y aeropuertos.  

“Las aerolíneas seguirán siendo financieramente frágiles en 2021. Los ingresos de los pasajeros serán más de un tercio más pequeños que en 2019. Y se espera que las aerolíneas pierdan alrededor de $5 por cada pasajero transportado. El recorte en las pérdidas vendrá de las fronteras reabiertas que conducen a mayores volúmenes de viajeros. Las fuertes operaciones de carga y los precios de combustible comparativamente bajos también impulsarán a la industria. La competencia entre aerolíneas será sin duda aún más intensa. Eso se traducirá en fuertes incentivos para que los viajeros vuelvan a volar. El desafío para 2022 será convertir las pérdidas reducidas de 2021 en las ganancias que las aerolíneas necesitarán para pagar sus deudas de esta terrible crisis”, dijo a modo de conclusión Juniac.

Con todo lo dicho, no hay dudas de que la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 plantea un gran desafío para el sector aerocomercial, casi una refundación o, por lo menos, esta industria será una versión distinta a lo que conocíamos.


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