Niñas madre, la romantización de la maternidad forzada

El caso de la nena jujeña de 12 años a la que le exigían continuar con un embarazo a pesar de su derecho de acceder a un aborto legal destapó una olla que culminó con el cuestionado editorial de La Nación. ¿Qué pretenden?

El caso de la nena de 12 años en Jujuy destapó una olla y lo que salió de ahí da un poco de miedo. El editorial de hoy en el diario La Nación vino a confirmar las sospechas que se iniciaron cuando el Senado de la Nación votó en contra de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Y es eso lo que los autodenominados provida no parecen querer aceptar: el carácter de voluntario en esta ley.

Sin embargo, y a pesar que desde 1921 es legal acceder a un aborto en casos de violación, estos grupos siguen hablando de asesinatos y, además, militan para  impedir que se realice la práctica. Si la madre y la menor violada y embarazada producto de esa violación eligen acceder a un interrupción de embarazo, no se debería ni cuestionar. Así como no se cuestiona a la adolescente que decide continuar con su embarazo. Entonces, ¿por qué obligar a una nena a maternar?, ¿por qué convertirla en una incubadora viviente defiende “las dos vidas”?, ¿por qué la romantización de la violación? 

Unicef Argentina publicó hoy en su cuenta de Twitter la guía que elaboró junto al Estado sobre cómo responder a las demandas y necesidades de las niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de abusos sexuales y embarazo forzado. “El embarazo en la infancia no está vinculado al ‘instinto materno’, es abuso sexual y por tanto el embarazo es forzado. Los adultos (familia, Estado, instituciones) son responsables de proteger a las niñas y niños frente al abuso sexual. #NiñasNoMadres”, escribieron en las redes.



En el editorial de La Nación que, dicho sea de paso, generó un fuerte rechazo en gran parte de la sociedad, se habla de “asesinatos de fetos”, de “derrota de los pañuelos verdes”, “instinto materno en las nenas de 12 años” y hasta “exige” una educación sexual pero orientada a que sea la niña la responsable de evitar un embarazo, sin mencionar la erradicación de la cultura de la violación, ni que mencionar la búsqueda de placer con consentimiento.  

Según datos de Amnistía Internacional, cada 3 horas en Argentina una nena de entre 12 y 14 años entra a una sala de partos. Son un promedio de 2787 por año. “Este hecho merece especial preocupación no solo por el riesgo de mayores complicaciones físicas que representa el embarazo a tan temprana edad, sino porque a menor edad mayor es la probabilidad de que el embarazo sea producto de abuso sexual, relaciones forzadas y explotación sexual”, advierten en el informe. ¿Cómo se imaginan la vuelta a casa de esas nenas convertidas en madre? ¿Creen que siempre están acompañadas? ¿Que cuentan con dinero para mantenerlo? ¿Que parieron porque realmente así lo querían? ¿Que son lo suficientemente maduras para hacerse cargo de la vida de un bebé? Y el “padre”, ¿quién es?

Una nena que se convierte en madre es una nena que fue violada, una nena cuyos derechos universales fueron vulnerados. Las nenas de 12 años deben jugar y no maternar. Romantizar la maternidad de niñas es negar que esta maternidad fue forzada y es maltrato infantil. La implementación real y efectiva de Educación Sexual Integral (ESI) en los distintos niveles educativos y la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo es lo va a marcar la diferencia y va a permitir que esas niñas que son, en su mayoría, obligadas a maternar por no contar con información pertinente, precisa y laica, puedan decidir sin cuestionamientos de orden moral.

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