Operaciones, espionaje y poder: 5 claves para entender la causa de los cuadernos

La Justicia Federal volvió a ganar protagonismo en la agenda pública con un megaoperativo de detenciones a empresarios y políticos. ¿El inicio de un Lava Jato argentino o una cortina de humo?

La Justicia Federal volvió a ganar protagonismo en la agenda pública con un megaoperativo de detenciones a empresarios y políticos. ¿Esta causa es el inicio de un Lava Jato argentino o una cortina de humo coordinada por el Gobierno nacional y Comodoro Py? A continuación, cinco claves para entender la denuncia de los cuadernos de coimas.

1) La denuncia

Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta ─el número dos de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación─, registró durante diez años una presunta estructura de recaudación de dinero ilícito proveniente de la obra pública dirigida por las máximas figuras del kirchnerismo. Centeno tomó nota en cuadernos y obtuvo fotos y videos de todos los viajes que realizó para transportar bolsos de dinero entre diferentes domicilios y reparticiones públicas, entre ellos, la Quinta de Olivos y el departamento de Recoleta del matrimonio Kirchner.

En su Toyota Corolla, en el que viajaba Baratta, Centeno asegura haber trasladado más de USD 50 millones de dólares, que fueron entregados por grandes empresarios al poder político a modo de coima a cambio de la obtención de contratos. De acuerdo a la investigación que llevó adelante el diario La Nación, la trama de corrupción alcanzaría los USD 160 millones.

En sus cuadernos, el chofer brindó detalles de días, nombres, direcciones y montos de los viajes en los que se trasladaba el dinero ilegal. En esos supuestos encuentros, habrían participado Baratta, De Vido, Néstor Kirchner y su secretario privado, Daniel Muñoz, entre otros dirigentes de peso.

2) El megaoperativo

Después de unos meses de investigación en estricta reserva, en la madrugada del 1.º de agosto la Justicia llevó a cabo un aparatoso operativo en el que se detuvo a doce exfuncionarios kirchneristas y empresarios. Claudio Bonadio, el juez a cargo de la causa, ordenó el arresto de Baratta y de Centeno, entre otros, y dispuso la citación a indagatoria de figuras salientes, como la expresidenta Cristina Kirchner, el exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y el extitular de la Agencia de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli.

3) Los puntos débiles de la acusación

El kirchnerismo salió a restarle credibilidad a la denuncia. “Es una causa armada” por parte de Bonadio y el Gobierno de Mauricio Macri, señaló el diputado Rodolfo Tailhade. La denuncia salió a la luz, en rigor, en el momento de mayor debilidad de la gestión de Cambiemos. En la oposición hacen hincapié en algunas cuestiones que debilitan la solidez de la acusación:

  • La redacción de Centeno no se condice con su nivel educativo. El principal denunciante describió con una precisión notable, una gramática certera y sin errores de ortografía (más allá de algunas tildes faltantes) una enmarañada estructura de corrupción. La escritura detallada y consistente contrasta con el perfil de un chofer que hace años trabaja como remisero. “El Lic. Baratta tuvo una reunión con Néstor Kirchner y luego lo llevé a su departamento; Néstor se fue en otro auto”, narra Centeno con una llamativa utilización del punto y coma.
  • La veracidad del contenido de los cuadernos. Centeno relata diálogos reservados entre Kirchner, Baratta y Parrilli, algo que sería ilógico que pudiera haber escuchado el chofer de un funcionario público. “Qué pobres estuvimos esta semana”, le atribuye decir a Kirchner. Además, aporta las cifras de dinero que contendrían los bolsos transportados, como si Baratta hubiera contado delante suyo los montos que trasladaban.
  • Omisiones llamativas. El exsecretario de Obras Públicas José López no aparece mencionado en ninguna oportunidad, a pesar de que Centeno describe una red de corrupción a partir de fondos provenientes de la obra pública. Por otro lado, aunque el juez ordenó la detención del exgerente general de Iecsa (la empresa que era de la familia Macri), dejó en libertad al entonces dueño de la compañía y primo del presidente, Ángelo Calcaterra.
  • La sombra de los servicios de inteligencia. Además de cuadernos y fotos, el diario La Nación mostró ayer un video con imágenes de la Quinta de Olivos, presuntamente filmado por Centeno. ¿Qué clase de chofer graba las reuniones de su jefe en la residencia presidencial y la guarda durante años? Existe la sospecha de que Centeno era un infiltrado de los servicios de inteligencia, lo cual haría perderle veracidad a la denuncia.

4) Comodoro Py, un lugar estratégico

Los imputados cuestionaban ayer la validez jurídica de que la causa hubiera recaído en el juzgado federal de Claudio Bonadio. El magistrado ya estaba al frente de la denuncia contra Baratta por el Gas Natural Licuado, que se había iniciado por un testimonio de la expareja de Centeno, Hilda Horowitz. Bonadio partió de esta investigación y llegó al caso de los cuadernos de las coimas. Si son dos causas separadas, la denuncia del chofer debería ser sorteada en Comodoro Py.

Los abogados defensores observan que hubo “fórum shopping”, que es la elección a dedo de un juzgado en particular que está alineado con los intereses de los promotores de la causa. Bonadio no oculta su ensañamiento personal contra Cristina Kirchner. Por la causa del pacto con Irán ya había pedido su prisión preventiva, y ahora volvió a pedir su desafuero al Senado por esta investigación. El fiscal del caso es Carlos Stornelli, exempleado de seguridad de Boca bajo la presidencia de Daniel Angelici, operador de Cambiemos en la Justicia.

5) Un hecho peculiar: el arresto de importantes empresarios

A diferencia de investigaciones anteriores, en esta ocasión las sospechas de corrupción alcanzaron no solo a la política, sino también a algunos de los empresarios más influyentes del país. Bonadio ordenó la detención de Javier Sánchez Caballero (ex CEO de IECSA), Gerardo Ferreyra (uno de los dueños de Electroingeniería), Carlos Wagner (titular de la Cámara de la Construcción), Carlos Mundín (presidente de BTU) y Armando Losón (Grupo Albanesi), entre otros arrestados del sector privado.

La ola de detenciones puso en alerta al gran empresariado. Nadie sabe hasta qué punto está completamente libre de la mancha venenosa de la corrupción. Con todo, la caída de hombres poderosísimos del mundo corporativo vuelve a esta una causa especial de la Justicia. Para algunos observadores, el hecho de que haya altos políticos y empresarios involucrados asemeja al caso al Mani Pulite de Italia o al Lava Jato de Brasil, investigaciones que derivaron en decenas de condenas penales en las esferas más encumbradas del poder.

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