Para ser periodistas: narrar en años de rabia
En una nueva conmemoración del Día del Periodista, resulta necesario hacer un ejercicio reflexivo sobre la profesión y la situación laboral que atraviesa el sector. De Arlt a Blaustein, dos citas para pensar.
"No me refiero a los buenos periodistas, que son escasos; me refiero a las condiciones que se necesitan para improvisarse un mal periodista como los que abundan, por desgracia, en nuestro país.
1.ª condición: Ser un perfecto desvergonzado.
2.ª condición: Saber apenas leer y escribir.
3.ª condición: Una audacia a toda prueba y una incompetencia asombrosa. Eso le permite ocuparse de cualquier asunto, aunque no lo conozca ni por las tapas".
La cita que inaugura este artículo pertenece nada más y menos que al inigualable Roberto Arlt, a un fragmento de sus Aguafuertes porteñas, aquellas breves crónicas que originalmente salieron publicadas en el diario El Mundo. Allí, el escritor retrata con su narrativa mordaz y directa el caracter argentino, reposa su pluma sobre actores sociales hasta ese entonces no representados. O no representados con su prosa magnífica.´
Estas líneas no pretenden ser un análisis exhaustivo de la obra del autor de "Siete Locos" o "Juguete Rabioso", más bien su evocación tiene la finalidad de resaltar la vigencia de sus dichos. Artl fue periodista, sabía muy bien de lo que escribía y para nuestra desgracia sus críticas al oficio siguen presentes en la furiosa actualidad.
Narrar en años de rabia
En un tiempo más cercano, el periodista Eduardo Blaustein publicó "Años de rabia. El periodismo los medios y las batallas del kirchnerismo", donde indaga el enardecido debate durante los años kirchneristas sobre el rol de los medios y el enfrentamiento del Gobierno con el más poderoso de ellos: el Grupo Clarín. “Traté de reflejar las crispaciones y confrontaciones que nos atraviesan como sociedad y en especial a los que trabajamos en medios, pero al mismo tiempo de superar las lógicas más empobrecedoras a que conduce la polarización”, sostuvo el autor.
A lo largo de las páginas que componen el libro una de las críticas más duras de Blaustein es a la falta de rigor del ejercicio periodístico. "Una de las tesis del estadounidense Gaye de Tuchman es a la vez el resumen de una de las discusiones centrales de los años kirchneristas en relación con los medios: el acto de crear y difundir noticias es el de construir una realidad en sí misma, antes que el de trazar una imagen posible de la realidad".
En este sentido, el escritor reflexionó, en una entrevista con Letra P, sobre una marca de época que atraviesa y empobrece al periodismo: "Hay una parte de la pérdida de rigor que no tiene tanto que ver con si la información es fidedigna o no, sino con el hecho de que el periodismo informativo se va desvirtuando y convirtiendo en show. Son dos cosas distintas". La adicción a la popularidad, a la que también hace referencia Blaustein y la necesidad de subsistencia en un mercado cada vez más competitivo parecen ser a priori las grandes causas de este diagnóstico sombrío.
Si bien los tiempos han cambiando bastante, y estamos sumergidos en una voraz sociedad de la información signada por la irrupción de las nuevas tecnologías que amenazan con hasta borrar de la faz de la tierra el rol del periodista producto de la Inteligencia Artificial, la Aguafuerte porteña de Roberto Arlt y Años de rabia de Eduardo Blaustein son, con sus diferentes estilos, dos textos muy recomendables para reflexionar sobre el ejercicio del periodismo. Los discursos de odio y el periodismo de la indignación, siguen siendo prioritarios en una sociedad urgente. Hay muy poco lugar para la reflexión.
En cuanto a la situación laboral, las cosas siguen empeorando. Según el relevamiento anual realizado por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), seis de cada diez trabajadores de prensa necesitan dos trabajos para no ser pobres. Los datos que arroja el estudio causan escalofríos: "El salario de un redactor de prensa se ubica entonces un 42% por debajo de la línea de pobreza cuando, en el mismo mes de 2016, era un 16% superior. En sólo siete años perdió un 50% de su poder adquisitivo".
Además, el informe agrega que entre les trabajadores que se denominan de forma errada como “colaboradores” y “freelance”, alrededor del 93% factura por debajo de la canasta básica. Y el 76% afirmó tener otros trabajos por fuera del sector de prensa por la grave situación económica. Un salto del 22% respecto del año anterior.
La precarización es una enfermedad terminal que atraviesa gran parte de la masa trabajadora de nuestro país y los periodistas no sólo no son una excepción sino que son unos de los sectores que más la padecen. Lejos de las grandes estrellas y conductores radiales y televisivos, el cronista y el redactor de a pie no llegan a fin de mes.
Existe otro enemigo que no para de fortalecerse: la desinformación. En este contexto, honrar la profesión es un desafío cada vez más grande. Narrar, contar y comunicar en años de rabia. De la precarización a la Inteligencia Artificial. Hacer un buen periodismo sin caer en los vicios que están al alcance de la mano y en medio de una realidad que asfixia a las audiencias y a nosotros mismos.
En una nueva conmemoración del Día del Periodista, resulta necesario reflexionar sobre el ejercicio de la profesión y la situación laboral que atraviesa el sector. Pero que no sea una práctica sólo para este día de "celebración", sino que sea una hoja de ruta que nos acompañe el resto del año, para hacer periodismo con vocación de servicio y tomar cartas en el asunto para pelear por los colegas que no la están pasando bien. La salida siempre es colectiva.
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