Píldoras para las clases

OPINIÓN. ¿Ha probado usted cuánto tiempo puede estar frente a una pantalla (de cine, monitor, de celular, de una tableta, de una computadora u ordenador, de una televisión)?

¿Ha probado usted cuánto tiempo puede estar frente a una pantalla (de cine, monitor, de celular, de una tableta, de una computadora u ordenador, de una televisión)?

La permanencia dependerá de muchos factores, para lo cual le cito varios ejemplos: en el cine una película que puede durar entre 2 a 3 horas su atención estará en función de lo atractivo, efectos especiales, un buen guion, actores y actrices, sonido (parlantes o altavoces), el tamaño de la pantalla (que incide mucho) y el género (terror, drama, bélica, acción…) acompañado de palomitas, hot dog, gaseosa, que acompaña a la distracción, se relaja y disfrutar del espectáculo.

¿Qué pasa si la misma película la ve en su hogar, a través de una plataforma de streaming (HBO, Disney, Netflix, Amazon, etc.)? Obviamente una pantalla de menor dimensión (de 22 a 85 pulgadas), el resto de los factores algo similares, con posibles distractores como otras personas, pasar de vehículos, mascotas y además dado que puede detener el film, la comodidad de ir al baño, comer algo.

Si el espectáculo pasa a una computadora, tableta o celular donde se reduce gradualmente el tamaño de la pantalla, desde 15 hasta 7,1 pulgadas. Si sacamos cuentas, digamos de una tele de 32 pulgadas a un celular de 7.1 pulgadas, el porcentaje de disminución equivalió a un 78 % aproximadamente, realmente una gran preocupación para la vista y la atención del “espectador”

Si del cine nos trasladamos a una clase universitaria o enseñanza media superior (bachillerato), ¿será posible estar sentado de 2 a 3 horas, para una clase?, ¿y si fueran 3 clases de un total de 6 horas? La respuesta más sencilla desde el punto de vista científico sería: El ojo humano está naturalmente diseñado para mirar de lejos, por lo que enfocar durante horas una pantalla cerca, lógicamente provoca cansancio muscular, visión borrosa (estrés ocular computacional) que ocasiona que la productividad de la persona se vea afectada.

¿Qué actitud toma el estudiante, sí la clase no atrae? ¡Se levanta o en el mejor de los casos cierra micrófono y pantalla!, ¿y el profesor, que hace? Se molesta, es posible que le llame la atención, aunque no reciba respuesta o lo “excluye” como un caso “perdido”.

Estudios realizados plantean que ante un vídeo de unos 15 minutos, en el minuto 12, ya el 40 % de los estudiantes “se levantaron”.

Esta situación nos obliga o nos compromete a varias acciones: Algunos pedagogos consideran que bajo la modalidad Aprendizaje semi presencial (blended learning) donde se combina el trabajo presencial y el trabajo en línea, la carga horaria podría implicar un 10% presencial física; 20% presencial virtual y el resto del tiempo asincrónico (clase en tiempo no real, válido para que el estudiante, cumpla con sus deberes, consulte material complementario, libros de textos y otros)

El error o el horror (uno de ellos) por parte de las instituciones de considerar que el horario sea el mismo que cuando las clases son presenciales 100%, conlleva no solo a una alta responsabilidad del estudiante y más de primer ingreso, para lo cual no está preparado.

De aquí la necesidad de revisar las llamadas capsulas digitales de aprendizaje o modalidad micro-learning, también llamada formación comprimida.

Este tipo de aprendizaje fragmenta los contenidos didácticos (micro contenidos o micro media) para adquirir determinadas competencias. Una condición necesaria será que las herramientas a emplear sean diversas, DE CORTA DURACIÓN, y estas se enlacen con los contenidos o temas abordados. Por ejemplo, una hora de formación con una “píldora” bastarán de 3 a 4 minutos al día para adquirir ciertos conocimientos y reforzar conceptos.

 La presión sobre el estudiante se reducirá, entiéndase más tiempo para el autoestudio – y menos ante el medio electrónico o terminal que emplee - y solución de las tareas, aclaración de dudas con el profesor, etc. ¿Y cuáles son esas píldoras “mágicas”? Serán motivo de análisis en el artículo siguiente.


Sobre el autor

Ernesto gonzalez Valdes es Licenciado en Ciencias Pedagógicas. Ha realizado diversos postgrados en Educación Superior con énfasis en el campo de la informática y Educación a Distancia. Se ha desempeñado como docente en diferentes subsistemas de educación media y universitaria (pregrado y posgrado) durante más de cuatro décadas. Capacitador de docentes en el área Didáctica-pedagógica, uso de la Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), entre otras.

Autor de más de 30 libros de textos, tanto en el área de las Ciencias Naturales (Física, Química y Biología) como sociales, ha participado en la elaboración de materiales didácticos, orientaciones metodológicas para el trabajo del docente en el aula y planeamiento didáctico.



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