¿Qué es el Juego de Roles?

El erotismo en la pareja se enriquece a medida que se incorporan diferentes variantes que ayudan a no caer en la monotonía.

El erotismo en la pareja se enriquece a medida que se incorporan diferentes variantes que ayudan a no caer en la monotonía. Y no estoy hablando de realizar grandes cambios, muchas veces, salir del ámbito de la cama, perfumes sugerentes, cremas, o una copa de vino, ayudan a sacar a los cuerpos de la rutina. No obstante, la heterosexualidad poco a poco está incorporando nuevos recursos ayudados por la mayor libertad para hablar estos temas e ir buscando estilos de conexión menos esquemáticos.

El juego de roles es una variante del BDSM (siglas que representa a las prácticas sadomasoquistas) y consiste en asumir papeles de dominación/sumisión (amo-esclavo) durante el encuentro sexual y en algunos casos, fuera de él, lo que se denomina 24/7 (las veinticuatro horas, todos los días). Sin llegar a estos extremos, “jugar a ser otro” puede ser rico estímulo erótico para incorporar a las diferentes opciones sexuales. La imaginación popular ha incorporado diferentes estereotipos sociales como fetiches: policía, doctor, colegiala, profesor, domador, etc., que incrementan el deseo cuando se ponen en acción.

En el juego de roles se crea una relación complementaria: policía-ladrón; doctor-paciente, en la cual uno propone y el otro obedece con la posibilidad de cambiar de roles. A veces no es necesario usar disfraces ni una escenografía especial: vale con la fantasía, sin embargo, incorporarlos suele ser más excitante. Combinar algún ropaje del rol (ejemplo: guardapolvo o gorra de policía) con lencería erótica o el cuerpo desnudo bajo el “uniforme” son estímulos de alto voltaje. La música, una película que contenga imágenes de dominación-sumisión, el lugar elegido, completan la escena. Animarse al juego de roles requiere de acuerdo entre las partes adultas y ganas de probar nuevas opciones eróticas. Por lo general, las parejas que lo practican coinciden en aventurarse a nuevas prácticas para mantener altos niveles de deseo sexual y no dejar que la libido caiga bajo el peso del sexo esquemático. Saben que, mientras exista acuerdo y ganas, pueden probar diferentes formas de erotismo. Los límites deben ser establecidos previamente, se denomina palabra de seguridad a aquella palabra o frase breve, que al ser dicha da por finalizado el juego. En los juegos de roles que no corresponden a prácticas sadomasoquistas, sino a una variante más de erotismo, los límites son más laxos ya que no existen conductas de riesgo. Las personas que comienzan con estos juegos pueden sentirse inhibidas, con pudor, o provocarles risa, incorporar estas conductas como parte del “como sí” ayuda a no detener el juego y a relajarse hasta entrar de lleno en la propuesta. Insisto en la importancia del consenso entre personas adultas y a respetar cuando se dice “hasta acá”, en caso contrario el juego se convierte en acción violenta.


Sobre el autor: Walter Ghedin es médico psiquiatra y sexólogo.

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