¿Qué es la “uberización” de la economía?
El término se utiliza para denominar a la nueva modalidad de “economía de plataformas”. Empresas como Glovo, Pedidos Ya y Rappi esconden una flexibilización laboral y violan los derechos laborales básicos.
Tras los debates presidenciales el concepto de “uberización” de la economía volvió a instalarse en la agenda pública. El término fue introducido por el candidato Alberto Fernández a modo de crítica contra la política económica y de empleo del gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, ¿a qué refiere específicamente el término “uberización”?
El neologismo deriva de la plataforma de transporte Uber, empresa innovadora en la modalidad de “consumo colaborativo”. Lo novedoso del sistema popularizado por dicha compañía es posicionarse como plataforma intermediaria en las transacciones entre pares.
A cambio de una comisión, la empresa – o plataforma – vincula a los particulares que demandan un servicio y a los que lo ofertan. Esta nueva modalidad denominada economía de plataformas trae consigo una serie de efectos desreguladores sobre las relaciones laborales que afectan directamente a los derechos de los trabajadores.
En Argentina, empresas como Glovo, Pedidos Ya o Rappi ejercen una flexibilización laboral de facto sobre sus empleados, y amparándose bajo el rol de intermediarias evaden las obligaciones laborales y las cargas sociales.
Estas plataformas no se consideran empleadoras, sino que consideran a sus trabajadores como autónomos. Obligan a facturar locación de servicio y utilizan eufemismos tales como “colaboradores”, “cuentapropistas” o “emprendedores” para no reconocer la relación empleador-empleado.
De esta manera, las empresas evaden las cargas sociales, las cargas tributarias y las obligaciones laborales que debe cumplir cualquier otra compañía radicada en territorio nacional. Por lo tanto, este sistema impone una serie de violaciones a la legislación laboral argentina:
- Los trabajadores no tienen una jornada laboral máxima: no hay horarios por lo tanto un empleado podría trabajar a toda hora.
- Tampoco tienen un salario fijo, ni aguinaldo, ni vacaciones pagas, ni obra social.
- Los trabajadores están por fuera de todo convenio laboral, sin paritarias, ni aportes patronales.
- Tampoco cuentan con ART para los casos de accidentes o lesiones durante la jornada laboral.
- Están sujetos a sanciones tales como el bloqueo temporal o la reducción del pago en caso de inconvenientes con la provisión del servicio.
En palabras de las periodistas Natalia Zuazo y Natalia Aruguete: “la uberización causa una efectiva subordinación laboral a la que se suma la incertidumbre que generan los algoritmos de asignación de pedidos, el salario asociado a una productividad que ya no depende del trabajador sino de un software, y un contrato de hora cero con jornadas ilimitadas”.
Esta nueva modalidad se extendió en Argentina al calor de la crisis económica de los últimos años. Sin embargo, los trabajadores comenzaron a nuclearse en el sindicato APP (Asociación de Personal de Plataformas) en la búsqueda de defender sus derechos laborales.
Lejos de las promesas de modernización en los vínculos laborales, la “uberización” de la economía trae consigo una nueva modalidad de la vieja y conocida flexibilización laboral, esta vez camuflada tras las nuevas relaciones sociales que establece la tecnología móvil.
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