¿Qué rol ocupan las nuevas tecnologías en la circulación del libro?

En la nueva edición de la Feria de Editoriales Independientes, se llevó acabo la charla “El libro, las selfies y los escritores profesionales”, donde los escritores Edgardo Scott y Guido Herzovich plantearon los dilemas de la circulación de los libros.

Foto gentileza de la FED


El pasado viernes 4 de agosto durante la décimo segunda edición de la Feria de Editoriales Independientes se llevó a cabo la charla “El libro, las selfies y los escritores profesionales”, protagonizada Edgardo Scott autor de “Escritor profesional” (Ediciones Godot) y Guido Herzovich escritor del ensayo “Kant en el kiosco” (Ediciones Ampersand).  

La periodista Paula Puebla fue la moderadora del evento e hizo la apertura dedicando elogiosas palabras a los participantes: “Los libros de Edgado y Guido se pueden leer en espejo o como parte de un espectro de preocupaciones similares. Aunque el escritor profesional se ajusta más a las condiciones del presente y Kant se remonta a la historia del libro en argentina, ambos ensayos resuenan”.

En sus obras los autores se ocupan de analizar de forma crítica el mundo que rodea, construye y da vida a la circulación de los libros.

El ensayo de Herzovich plantea los modos cómo hablamos de los libros y sus distinciones desde una perspectiva histórica. Guido declaró durante la charla; “Los libros circulan y se organizan tanto en el espacio de las librerías y de los sellos editoriales. El modo de cómo nosotros mismo hacemos activamente esas distinciones, lo separamos, construimos cánones, series , cuál  es escritor comercial y otro es un gran artista o que es un género y porque no pertenece y porque si”.

La obra de Scott toca tópicos que están sobre la mesa o como narra él, “cuando uno se cruza aca en la feria, te quedas diez minutos hablando y te dice “Leíste tal libro? viste que es malísimo". Busca evidenciar los cambios que hubo en la industria editorial a lo largo de los últimos veinte años.

Mientras transcurrió la conversación las temáticas se fueron entrelazando. Los autores sumaron sus puntos de vista. Se pudo ver un diálogo entre dos amigos frikis de la literatura. Ellos se reunieron para hablar sobre la profesionalización y precarización de los escritores, el juego de la ficción y no ficción, como las editoriales marcan el camino de los autores, la visibilidad de los mismos previamente a una publicación.

Uno de los temas que destacó fueron las críticas y las reseñas, engranaje importante para la circulación de los libros entre los lectores.

Guido fue el primero en desarrollar la temática, explicando los orígenes de la crítica en nuestro país. Se sitúa a comienzos del siglo XX, época donde predominaba la literatura extranjera mientras la nacional era un “mundo muy pequeño y de publicaciones chicas”. incluso describió la atmósfera donde “había una sensación que la literatura era invisible y que nadie la leía”.

El rol que comienzan a tener los críticos orientando las reseñas a la promoción de la literatura nacional. Debían hacer comentarios amigables y agradables, incluso realizaban recomendaciones a los escritores para “perfeccionar la identidad nacional y que se desliguen de sus influencias extranjeras”

Guido argumentó que se produce un cambio cuando aparecen las editoriales “monstruos”, haciendo referencia a las grandes cadenas de distribución de libros. Estas empresas usaban los medios de comunicación, especialmente los suplementos, que pasaron a ser espacios publicitarios, para difundir y recomendar libros. “La reseña crece en los medios a medida que crece la publicidad porque los suplementos son espacios publicitarios y entre los avisos se incluian reseñas”, pero advirtió sobre el peligro de esta estrategia ya que las empresas editoriales que pagaban por el espacio publicitario iban a tener reseñas positiva de sus libros.

Reflexionó Guido: “La pregunta es ¿Qué pasa con la reseña hoy? Una de las cosas sensibles del cambio que estamos viviendo es esta época del libro masivo. Hay espacios muy heterogéneos en la librerías al igual que los sellos que mezclan públicos y obras que son muy diferentes”

Edgado dio su opinión, planteando que hay un problema de ética con la lectura. Alegó que hay críticos que escriben reseñas replicando la contratapa o los catálogos de novedades de las editoriales. Pero al reseñista le queda un párrafo intermedio para escribir algo sobre la lectura o como él lo definió, “del objeto que está en juego en ese libro”. Edgado comentó al respecto; “Cuántas reseñas hemos leído de nuestros libros que parece elogioso pero sabemos que no lo son, ahí hay una lectura”. Por ende la conclusión que llega es que “el problema está dado en función de lo que carece la reseña, algún tipo de lectura, donde se note el marxismo del autor, el psicoanálisis o el estructuralismo”.

Un elemento que destacaron los disertantes es sobre la aparición de internet y las redes sociales. Espacios donde circulan las recomendaciones y reseñas de los usuarios. Estos no apelan a intereses comerciales o a hacerse amigo del autor. No hay una necesidad de construir un discurso enfocado a un público específico porque se ocupa el algoritmo que conoce las preferencias del navegante.

Guido comentó que la aparición de las nuevas tecnologías produce un desplazamiento de los discursos de los críticos; “Estas publicaciones tenían una función y necesitaban construir discursos fuertes para organizar grupos. Ya no son necesarios porque los algoritmos producen series y arman comunidades sin discursos.Por lo que se ve es que la publicidad como las recomendaciones que hacen otros y como una búsqueda de google da tales resultados vinculados con las prácticas de navegación con los datos que tienen. Entonces se construyen grupos sin necesidad de discursos (...)”.

La figura del crítico, según Edgado, era elegida por los lectores. “Antes había un crítico, dos o tres, a lo que algunos lectores seguían y hoy diría que es casi al revés” . Aparecen nuevos agentes que desconcentran la figura del crítico tradicional: “Hay un monto de consumidores o de usuarios que hacen comentarios sobre este libro en sus redes sociales y eso significa que ese libro, ese producto que está circulado se ha vendido”.

Por último, argumentó que actualmente los críticos ven las respuestas de los usuarios para  generar una reseña, “En hay donde se evidencia que nadie leyó el libro, la idea es que la lectura sea algo personal, a lo que a mi me hace evocar un libro es otro libro que seguramente no te hace evocar a vos, hay matices”.



Sobre la autora: Luciana Di Spalatro (Buenos Aires, 26 de febrero del 2003), es estudiante de la Licenciatura en Cs. Comunicación en UADE y alumna de El Cuaderno Azul. Actualmente forma parte del medio literario @Casaliteraria.arg. Tiene su propio espacio virtual @letrasanalogicas, donde recomienda y comparte reseñas de libros.

Contacto personal @luli.dispalatro

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