¿Quién mató a la Sra. X?

Episodio 8. Híbridos – Parte II.

Episodio 8. Híbridos – Parte II.


Episodio 7


“¿Autoevaluación?”, lo miró Andrea, sorprendida.

“Autoevaluación, sí. Son científicos, pertenecientes a una comunidad especializada sobre un tema, que evalúan a otros científicos de su comunidad. En este estado del proceso de formación de un conocimiento científico, la evaluación es autorreferencial. Es la comunidad misma que evalúa sus logros, no la sociedad que la financió y que, de alguna forma, por cuanto parezca lejana a todo esto, justifica su existencia.1

“Sabes muy bien...” Andrea casi estaba enojada por escuchar de la boca de un científico, colega y amigo, tanta superficialidad, según su parecer, al describir todo el conjunto de esfuerzos que cada uno de ellos hacía cada día para avanzar en la búsqueda de soluciones a enigmas centrales en sus investigaciones “...que no se puede dejar que otros que no tienen una formación científica en el campo evalúen el contenido y la metodología de un paper científico. Para esto se necesita un conocimiento, una experiencia y una mirada que solo el científico tiene. Los papers2 científicos son inentendibles para lo que no se ocupan de esto todo los días.”

“No te enojes Andrea,” Elio intentó calmar a la amiga con una sonrisa, “Estoy de acuerdo con que esa tarea difícilmente se pueda entregar a otros que no sean científico, pero la importancia, y de hecho el valor, de un descubrimiento o de una invención no se forma, lamentablemente, cuando se publica un paper al respecto. De hecho, muchos papers fueron escritos, y sus contenidos olvidados. Un paper tiene valor cuando ese contenido puede a corto o largo plazo afectar la vida de los individuos de la sociedad que generó, aunque de forma indirecta, ese acontecimiento. Solo cuando la gente de afuera de los laboratorios se entera de cuáles son los logros y ve en eso una oportunidad para mejorar su vida o una amenaza para ella, un cambio de concepción de la existencia y de lo paradigmas que cada individuo sigue, se determina el valor de esa investigación.3 Y a veces pueden pasar pocas semanas, a veces décadas o siglos para que algunas ideas pasen de un paper escrito por una comunidad científica y leído solo por la misma, a una sociedad entera y que sus contenidos se incorporen a la cultura de esta sociedad. Este tiempo de transición es suficiente para borrar de la historia los fracasos que llevaron al éxito final, la multitud de gente que, actuando con roles diferentes, participó en este logro, de los compromisos políticos y económicos que hicieron en el marco de la investigación: en este intervalo de tiempo se pierde la dimensión humana y nace el mito de la ciencia como algo puro4 y diferente de las otras actividades del hombre como si estuviera arriba de ellas. Es el tiempo en el cual se genera el mito del progreso como una fuerza autónoma, que avanza en la vida social del hombre como algo inevitable.”
 “Bueno,” se calmó un poco Andrea, “sobre esto puedo estar de acuerdo. Es imposible hacerle entender a mi familia qué es lo que hago todos los días. Me acuerdo que para escribir mi tesis de doctorado junté las publicaciones que tenía y le hice una introducción. Se trataba de algunos capítulos de resumen sobre la teoría y el formalismo sobre la base de la publicaciones científicas que había logrado en ese cuatros años. Una centena de páginas, es decir, mucho. Y la parte original de mi trabajo estaba en esas diez páginas que constituían mis publicaciones oficiales. Una amiga mía lo miró, y sorprendida me dijo ‘¿Esto es todo? ¿Todo lo que hiciste en 4 años?’ Admito que fue un poco frustrante. Es muy difícil transmitir al público general, a los ciudadanos, los esfuerzos, los recursos y el tiempo que necesita la investigación científica. Además, creo que como se tratan los temas científicos en los periódicos y en general en la comunicación pública de la ciencia no ayudan en esto porque sostienen la falsa imagen de la ciencia pura, por sobre las condiciones económicas y las voluntades políticas del país en la cual se desarrolla y, sobre todo, hecha solo de caminos directos desde la hipótesis hasta el resultado, sin entender que ese camino tiene desvíos, trampas, vueltas para atrás y calles cortadas. Siempre se presentan los grandes logros, o mejor dicho, muchas veces son simplemente logros científicos, inciertos o que constituyen la parte inicial de una investigación, y que la prensa transforma en los títulos de los artículos, en descubrimiento del siglo, logros ciertos y ya disponibles para las personas porque, lo sabemos, son los títulos lo que la mayoría de la gente lee. Por ejemplo, veamos las noticias sobre salud. Miles de veces leí que se había encontrado una cura para el sida y remedios para el cáncer, es casi como si ahora fueran poco más que una gripe, como si la tecnología, los medicamentos, generados por algunos descubrimientos científicos estuviesen ya disponibles en el mercado. Primero, me parece criticable desde el punto de vista ético. Con estas noticias, la gente recibe falsas esperanzas y se crea expectativas. Sobre todo la gente que, por el estado de su enfermedad, es patológicamente más débil e inclinada a creer en noticias de ese estilo, sin averiguar cuál es el grado de verdad de esas afirmaciones y cuál es el verdadero estado de la investigación. Segundo, esa manera de presentar a la ciencia genera en el imaginario común la idea de una ciencia milagrosa, rápida en llegar a sus conclusiones. Creo que muy pocas veces en un artículo de periódico leí información sobre los años de investigaciones que había requerido ese logro, cuán amplias habían sido las colaboraciones, cuántas personas le habían dedicado su tiempo, y quien había financiado la investigación.”
 “El tema de los financiamientos es polémico, sobre todo si se habla de salud”, la miró Elio.
 “Bueno”, Andrea respondió, “por eso hay que aclararlo desde el principio, como se hace con los papers científicos, donde siempre aparecen las fuentes de financiación. Si se hablara de las fuentes de recursos de forma habitual, la gente entendería más rápidamente la conexión entre los logros científicos y los intereses del sector privado y/o del sector público y de cómo los dos sectores están vinculados entre sí”.5

Elio le sonrió: “Así que ahora estas de acuerdo respecto al hecho de que existen estos tipos de vínculos, como decía antes”, “Sí, puede ser que haya exagerado en mi resistencia anterior. Creo que si todos estos aspectos entraran también en las crónicas de ciencia y tecnología, sería más fácil para el publico distinguir entre la parte de investigación científica y tecnológica y las actividades de todos los agentes diferentes que intervienen en el proceso de desarrollo científico tecnológico y conectarlas entre ellas. De esta forma, sería más difícil difundir posiciones anticientíficas o pseudocientíficas.”. Elio estaba sorprendido de cómo en tan poco tiempo de conversación, el tiempo básicamente de una milanesa con papas fritas y de un café, Andrea fuese capaz de cambiar de opinión. Elio no consideraba esto un síntoma de inconsistencia, sino que sabía que, como perteneciente a la comunidad de científicos y siendo también un ser humano, Andrea era más sensible y (entendiblemente) resistente a la crítica de la comunidad en la cual se identificaba, pero mucho menos si se trataba de criticar a los periodistas y para nada si se trataba de criticar a los pseudocientíficos.

Con una sonrisa cómplice, Elio entonces le pregunta: “¿En qué sentido más difícil?”
 “Las pseudociencias son afirmaciones que no se generan según un método científico, que no encuentran confirmación en los experimentos y no son evaluadas por pares, o, como decís vos, autoevaluadas por la comunidad científicas, y no obstante esto, se declaran como científicas. Si se diera más lugar a la explicación de la complejidad del proceso que lleva a los logros científicos, sería más difícil tomar posiciones pseudocientíficas como si fueran científicas. Y las pseudociencias encontrarían más dificultades para tomar, en la opinión pública, el lugar de la ciencia. Tomemos, por ejemplo, los movimientos antivacuna. Existen desde que existe la vacuna6 aunque los medios los hagan aparecer como algo nuevo y ellos mismos se propongan como algo nuevo. Uno de los argumentos más usados en contra de la vacuna es que la obligación de vacunarse favorece los intereses de las empresas farmacéuticas.7 Argumento que se puede debatir, pero que seguramente no responde a la construcción epistemológica8 de una teoría científica, dicho simplemente, no tiene nada a que ver con el contenido y la validez de las teorías sobre la inmunización. Creo que es el estupor, el escándalo, el contraste con esa imagen muy difundida aunque muy poco real de la ciencia como pura, que permite a estos movimientos hacerse escuchar en primera instancia, como una campanita para llamar la atención sobre los otros argumentos que traen. Si en la opinión pública estuviese más naturalizado saber que las investigaciones científicas reciben recursos económicos desde los sectores privados y que recibir financiamiento desde el Estado tampoco es garantía de imparcialidad frente a intereses políticos y económicos, estos movimientos encontrarían dificultades en hacerse pasar como 'los únicos que cuentan la verdad'. Además, sería más inmediato desarrollar un espíritu crítico que permita ver que los financiamientos privados, aunque respondan a intereses económicos, no necesariamente llevan a resultados científicos fraudulentos. Puede ser que a veces sean resultados parciales, o que solo un aspecto del problema sea considerado. Esta manipulación de los datos no es ética, pero no puede llevar directamente a la conclusión de que los resultados son falsos.” Andrea volcó el sobre de azúcar dentro de su café.

“Más que eso,” agregó Elio “creo que lo que molesta a la gente y la empuja a escuchar posiciones alternativas, o hasta antagonistas, a las políticas de salud pública, y más en general a las políticas científicas es la confusión que se genera entre la actividad científica y la tecnología que se deriva. Quedémonos con el ejemplo de la vacuna. Podemos argumentar que hay fuertes intereses económicos que derivan desde la distribución de la vacunas. Este aspecto del tema tiene que ver con la tecnología y no con la ciencia. Simplificando mucho, la inyección es la tecnología, la inmunología es la ciencia.9 Ahora, los costos de las inyecciones, cómo se distribuyen, según cuáles reglas, cómo gestionar los mercados de estos productos, qué impuestos poner sobre las ganancias así generadas son elecciones políticas respecto del uso de algunas tecnologías. Es un tema político acerca de la gestión de una tecnología y de la economía que genera, no es un tema científico. Pero un argumento que tendría más que ver con la política y la tecnología. Los gobiernos occidentales y occidentalizados actúan según un discurso hegemónico dominante,10 según el cual de alguna forma la ciencia avanza sola y los cambios tecnológicos son inevitables.”



Sobre la autora

Francesca Battista obtuvo su doctorado en Física Cuántica en la Universidad de Lund, Suecia, en 2013. Trabajó como investigadora en Alemania y en Argentina donde también se desempeñó como docente de Física de la Universidad de Buenos Aires y en colegios internacionales.

En 2018 completó la Especialización en Comunicación Pública de Ciencia y Tecnología en la Universidad de Buenos Aires. En 2019, con Ediciones en Danza, publicó el libro de poemas La mujer in-visible

Recientemente se mudó a los Estados Unidos para continuar sus estudios en Ciencia Tecnología y Sociedad en la Universidad Virgina Tech. En su tiempo libre le gusta nadar, bailar, viajar y escribir su blog.


Ilustración

Mercedes Roch


REFERENCIAS

1. Price, 1965; Funtowicz, 2008.

2. En esta oración se utiliza la palabra inglesa 'paper' (articulo) porque, aunque inglesa, está ampliamente utilizada en el ambiente académico para indicar principalmente las publicaciones en revistas oficiales que, generalmente, publican después de una evaluación hecha por pares (referato).

3. Bruno Latour en su artículo Give me a Laboratory and I will raise the World analiza la historia de Pasteur y de sus descubrimientos de los principios de vacunación y de la invención de la técnica de pasteurización. En su análisis Latour evidencia como, al fin de lograr el descubrimiento, el mundo afuera del laboratorio, la sociedad con sus conocimientos empíricos, sus dudas, sus inquietudes, es tan relevante cuanto el mundo dentro del laboratorio, hecho por experimentos con microbios aislados y microscopios. Las paredes que separan los dos mundos son imaginarias y el verdadero experimento se cumple en su integridad uniendo las experiencias controladas del laboratorio y las observaciones diarias de los campesinos. Además lo que realmente permite la difusión de los descubrimientos y de las invenciones es la respuesta que estos representan hacia interrogantes y necesidades que la sociedad tiene y que se pueden reflejar en ventaja económicas para esta (Latour, 1983). Los hechos científicos entonces se pueden ver como un 'híbrido' de estas dos dimensiones (Latour, 1993).

4. Las características, individualizadas por Merton (1942), del trabajo científico aparecen también en el trabajo de Michael Polanyi La República de la Ciencia: su teoría política y económica (1962). Polanyi sostiene la idea que la comunidad científica tenga que ser libre desde las influencias políticas o desde una forma de control centralizada. El trabajo de Polanyi, aunque a veces interpretado como una idealización de las dinámicas de la actividad científicas que se presentan así como actividades puras, aparece más, en su versión original, como una crítica al control estatal de las actividades científicas. En su trabajo el autor (Polanyi, 1962) admite la imposibilidad de tener una objetividad absoluta reconociendo el carácter humano de esta actividad. La República de la Ciencia representa una crítica al control político de tal actividad. La linea de investigación de los sociólogos de la ciencia marcan firmemente una diferencia entre la situación ideal propuesta por Polanyi y la situación real en la cual se realizan las actividades de investigación.

5. Como evidencian Mirowski y Sent en el ensayo The commercialization of science and the response of STS (2008), después de la fase de la Guerra Fría, durante la cual el estado promueve y acelera el desarrollo científico y tecnológico (sobre todo en Estados Unidos y Rusia), empieza una fase en los años 80, reconocida como un régimen de privatización globalizado. Esta fase se caracteriza por una reducción del poder administrativo y financiero de los estados en la promoción del avance científico y en la propiedad intelectual de las patentes. Así, las grandes empresas se afirman como líderes y puntos de referencia internacional para el desarrollo de nuevas tecnologías. Es en este contexto, por ejemplo, en que las empresas multinacionales como las farmacéuticas o las productoras de productos químicos adquieren dimensiones globales, volviéndose capaces de diferenciar sus productos mediante la ampliación de sus laboratorios y de su capacidad de empleo. Además, comienzan a dividir geográficamente los lugares de producción del conocimiento y de aplicación y uso del mismo. Esta fragmentación del proceso productivo les permite superar los límites impuestos por las entidades estatales y llegar a un sistema de producción de grandes ganancias, garantizando así un poder económico superior al de los entes públicos.

6. Los movimientos antivacuna, empezaron con la planificación estatal de los programas de vacunación. Críticas a la vacunación masiva se encuentran ya en Francia al difundirse de la vacuna variolítica descubierta por el médico inglés Jenner. Por ejemplo se pueden encontrar reproducciones de imágenes satíricas respecto del tema en la biblioteca médica de Filadelfia (The Historical Medical Library of The College of Physicians of Philadelphia). Los movimientos antivacunas tomaron fuerza en la sociedad civil de forma cíclica. En la misma biblioteca se encuentran los panfletos distribuidos por la Liga Antivacunación Británica sobre cómo evitar la vacunación obligatoria contra la viruela o informaciones sobre la Sociedad Antivacunación de Estados Unidos. Una documentación más amplia de la historia de los movimientos antivacuna se puede encontrar en www.historyofvaccines.org sitio web del College of Physicians of Philadelphia.

7. Esta posición está presente en muchos grupos antivacuna. Como ejemplo se citan aquí uno de los libros de referencia de la comunidad antivacuna, autopublicado online por la autora misma, Tetyana Obukhanych, Doctora en Inmunologia, sin ninguna afiliación universitaria actual como investigadora, The Vaccine Illusion: How Vaccination Compromises Our Natural Immunity and What We Can Do To Regain Our Health (2012) y el documental  VAXXED: From Cover-Up to Catastrophe (EEUU 2016) dirigido por Andrew Wakefield, cuya licencia para ejercer la medicina en RU fue revocada debido a una investigación  fraudulenta sobre el papel de las vacunas  en el autismo (1998).

8. La discusión epistemológica acerca de cuáles teorías se puedan definir científicas y cuales no, es un problema todavía abierto. El problema de la demarcación fue enfrentado por diferentes filósofos de la ciencia. Aunque se propongan a los largos de los años marcos teóricos diferentes, el aspecto interesante es que, en la mayoría de los casos (el más controvertido es el caso del psicoanálisis) los filósofos, aunque empezando por presupuestos diferentes, distinguen como científicas y como no científicas o pseudocientíficas las misma categorías de teorías. Las teorías antivacunas no se consideran, desde el punto de vista epistemológico, como teorías científicas. Una discusión más amplia sobre el tema sobrepasa los objetivos de este manuscrito. Por una mirada general sobre el tema e un resumen sobre los trabajos más importantes se remanda el lector al trabajo de Sven Ove Hansson (2017).

9. Esta simplificación es hecha en favor de la fluidez del discurso del personaje. Claramente, no se puede definir la tecnología como un simple producto que está en comercio y la ciencia como una simple disciplina académica. Todo el ensayo argumenta, de hecho, la complejidad de estos dos fenómenos sociales.

10. En el trabajo de Williams (2010) se encuentra una explicación de la 'cultura hegemónica' que retoma los pensamientos de Gramsci. No hay que confundir la 'cultura hegemónica' y el 'discurso dominante' como algo fijo que no evoluciona, no son una ideología. Son  herramientas del poder, que, si quiere preservarse tiene que adaptarse a los tiempos evolucionando con esos gracias a las controversias y a las críticas. Williams describe la cultura hegemónica, retomando Gramsci en la manera siguiente:

“El concepto de hegemonía tiene un alcance mayor que el concepto de cultura [...] por su insistencia en relacionar el proceso social total con las distribuciones específica del poder y la influencia.[...]Una hegemonía estática, del tipo indicado por las abstractas definiciones totalizadoras de una ideología o de una concepción del mundo dominantes, puede ignorar o aislar tales alternativas y  tal oposición; pero en la medida en que estas son significativas, la función hegemónica decisiva es controlarlas, transformarlas, o incluso, incorporarlas.”  

En este sentido, los movimientos antivacunas, hacen parte del discurso hegemónico, porque aunque contrastando la tesis dominante, le dan herramientas para reestructurarse en un plan político según nuevas leyes y normas.

 

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