Sin recursos ni obras públicas, Vidal se enfoca en la asistencia social y empodera a López Medrano
El ministro de Desarrollo Social bonaerense cumplió hasta hace unos meses una función casi testimonial. Pero ahora encabeza reuniones con intendentes y es el protagonista central de los anuncios de la gobernadora.
En los dos primeros años de gestión de María Eugenia Vidal, el Ministerio de Desarrollo Social que conduce Santiago López Medrano era poco más que una cartera testimonial que atendía algunos programas residuales que había dejado la administración de Daniel Scioli, pero que claramente no formaba parte de las prioridades del Gobierno de Cambiemos.
El propio ministro era prácticamente un desconocido para el público bonaerense y ni los memoriosos recuerdan anuncios que lo incluyeran a él o a su cartera en la apertura de sesión o en las otrora regulares conferencias de prensa que brindaba Vidal para los medios de la provincia.
Sin embargo, en las últimas 3 o 4 semanas, López Medrano parece haberse convertido en pieza clave de un Gobierno que deberá aceitar los mecanismos de contención social ante el fracaso del modelo económico y la certeza de que el año que viene, aun siendo electoral, llegará con más ajuste y recesión económica.
#AHORA en 14 localidades los vecinos pueden realizar trámites en los operativos del #Estadoentubarrio #DNI #AUH #Sube #Tarifasocial #MasVida pic.twitter.com/IiFgsFprgF
— Desarrollo Social BA (@MinDesarrolloBA) 18 de septiembre de 2018
En rigor de verdad, los últimos anuncios de la gobernadora estuvieron cargados de medidas repetidas, descuentos para el puñado de trabajadores que es cliente del Banco Provincia y líneas de créditos, del mismo banco, para un sector pyme que no soporta la baja en el nivel general de consumo. Por eso, la única novedad tuvo que ver con la ampliación en más de mil millones de pesos de los recursos destinados a los programas de desarrollo social, que buscan minimizar el impacto de la crisis económica, sobre todo en los sectores pobres del conurbano.
En paralelo, el ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, junto con su par nacional, Patricia Bullrich, refuerzan la presencia policial en las "zonas calientes", aunque admiten que los intentos de saqueos en distritos del interior rompieron todo orden de previsibilidad. Por eso, en los pasillos del Gobierno insisten en que se trató de episodios organizados por la oposición con el objetivo de sembrar el caos y genera un efecto contagio "que, por suerte, se logró detener", se jactan en el entorno de Vidal.
El objetivo es llegar a diciembre con una estructura de contención diseminada por los 135 distritos y, para eso, el Ejecutivo bonaerense, que llegó con promesas de poner en marcha el más ambicioso plan de obras públicas, ahora dispuso un orden de prioridades bastante distinto que arranca por las necesidades alimentarias de una parte importante de la población.
Por eso, ahora López Medrano reemplaza a los ministros de Economía, Hernán Lacunza, y de Infraestructura, Roberto Gigante, y es figura central en las reuniones con los intendentes peronistas, a los que el Gobierno ya no les puede garantizar los recursos coparticipables y las obras, por lo que se negocia principalmente ayuda social para evitar estallidos en las zonas más pobres.
En los pasillos de la Casa de Gobierno insisten en la idea de que el humor social no tiene relación con la situación económica real, pero, de todas maneras, el titular de la cartera de Desarrollo Social parece ser el protagonista, por lo menos, de aquí hasta fin de año.
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