Un paso histórico hacia la unidad de las organizaciones populares

Por: Ernesto Mate


La expectativa por el nuevo gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, junto con la construcción del Frente de Todos y el involucramiento en el proceso electoral y en la coalición de Gobierno, han abierto un nuevo marco de oportunidades para las organizaciones sociales. En este contexto, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie y el Frente Popular Darío Santillán Capital lanzan hoy la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), luego de su formalización días atrás en una asamblea realizada en la Universidad Nacional de Quilmes. Al frente del sindicato quedará el dirigente social Esteban “Gringo” Castro, quien previamente se desempeñaba como secretario general de la CTEP.

El acto de lanzamiento se hará en el microestadio de Ferro, en el que participarán más de 4000 delegados/as de todo el país. Se leerá un documento consensuado entre las distintas organizaciones, y se espera que hable un referente por cada organización. Participarán distintos representantes sindicales pertenecientes a la Confederación General del Trabajo (CGT), y de las distintas Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), como también representantes de la Iglesia Católica vinculados a la Pastoral Social. A su vez, un dato fuerte de la jornada es la invitación a algunas de las más altas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, cuya presencia se corroborará durante la jornada.

Este lanzamiento implica un paso adelante en la institucionalización de los trabajadores de la economía popular. Un primer antecedente ocurrió en 2011 a propósito de la conformación de la CTEP con el objetivo de constituirse en el sindicato de aquellos que “se inventaron su propio trabajo”. Los sectores que conforman el campo de la “economía popular” abarcan a cartoneros, cooperativistas, campesinos, vendedores ambulantes, artesanos, obreros de fábricas recuperadas, entre otros. Uno de los objetivos de la CTEP era el de organizar y representar a estos trabajadores, así como la proposición de políticas públicas específicas para el sector.

Durante el giro neoliberal a partir de 2015, la CTEP amplió sus políticas de coordinación con otras organizaciones, con la CGT por un lado, y con la CCC y Barrios de Pie por otro. Con estas últimas articuló en lo que se conoció como el “triunvirato de los Cayetanos” o “triunvirato piquetero”, en referencia a las marchas realizadas en agosto desde la iglesia en Liniers hasta Plaza de Mayo bajo la consigna “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”. La UTEP implica la consolidación de esta coordinación y el involucramiento de organizaciones de base territorial, que aunque compartían las experiencias socio-productivas, no se identificaban como trabajadores de la economía popular. La potencia de este sector es monumental: consiguieron la sanción de la Ley de Emergencia Social a fines de 2016, leída por las organizaciones como la “primer paritaria social” de la economía popular. Consiguieron a su vez la participación por primera vez en el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en 2019 para discutir el salario mínimo, del cual el salario social complementario constituye el 50%.

Todas estas organizaciones tienen un pasado piquetero y han compartido la demanda por trabajo y la gestión de programas sociales. Sin embargo, durante el ciclo kirchnerista a partir de las políticas socioproductivas, que entre otras cuestiones revalorizaban la producción cooperativa y colectiva, se fue constituyendo esa identidad de trabajador de la economía popular. En este sentido, la UTEP es un actor clave en la interlocución entre el nuevo gobierno, los dirigentes de las organizaciones que actualmente forman parte de la coalición de gobierno y los trabajadores de la economía popular.

Objetivos de una nueva etapa

Los objetivos para la próxima etapa son muchos. Uno de ellos, es su consolidación como espacio de representación gremial que le permita el reconocimiento tanto estatal como de otros actores del campo multiorganizacional, entre ellos la CGT. Al respecto, la UTEP buscará que el gobierno le otorgue la personería gremial. Esta ha sido una de las principales demandas de la CTEP incluso cuando el Ministerio de Trabajo le otorgó en enero de 2016 la personería social.

En relación con ese objetivo, la UTEP tiene previsto insistir con el pedido de ingreso a la CGT. Esta incorporación está en el imaginario originario de la CTEP, incluso los dirigentes Esteban “Gringo” Castro y Juan Grabois presentaron una carta formal de incorporación en junio de 2018. Su constitución como sindicato único de la rama de actividad de la economía popular ampliaría las posibilidades de su ingreso. Más allá de esta cuestión formal, lo cierto es que la UTEP busca consolidarse en un espacio que represente integralmente al sector.

Otro de los objetivos de la UTEP será el de consolidar en la discusión política el desarrollo del programa “Tierra, Techo y Trabajo”, algo que ya venía impulsando la CTEP. Estos lineamientos permitirían atender emergencias sociales existentes y plantear discusiones en torno a las políticas específicas para este sector, creando nuevas y ampliando las existentes. En este sentido, uno de los desafíos de la UTEP será el de articular con los referentes de las organizaciones sociales que han logrado incorporarse a la gestión ministerial del nuevo gobierno, principalmente en el Ministerio de Desarrollo Social.

En síntesis, se abre una nueva etapa para el campo de la economía popular en la que por cada objetivo que se propongan se abrirán una serie de desafíos y dificultades de distinta índole. Por lo pronto, la formación de la UTEP es otro paso histórico en la unidad de las organizaciones populares.



°Licenciado en Ciencia Política UBA - Miembro de CITRA-UMET

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